Creer o desenmascarar
El director español Rodrigo Cortés, quien cautivó al mundo con Buried/Enterrado (Buried, 2010), vuelve al cine con el thriller sobrenatural Luces rojas (Red Lights, 2012) de la mano de varias estrellas internacionales de la talla de Sigourney Weaver, Robert De Niro, Cillian Murphy e incluso nuestro Leonardo Sbaraglia.
Cillian Murphy y Sigourney Weaver interpretan a científicos encargados de desenmascarar a quienes lucran con las actividades paranormales. Curanderos, médiums, psíquicos, todos rozan el fraude y los doctores se encargarán de demostrarlo. Entre ellos se encuentra un predicador de poca monta (Leonardo Sbaraglia) y el psíquico Simon Silver, interpretado por Robert De Niro.
Rodrigo Cortés se atreve a un film de grandes proporciones –aunque no descomunales- para mostrar su oficio para el manejo de la tensión del relato. El guión escrito por él mismo desarrolla las suficientes líneas argumentales para despistar al espectador. Bajo la premisa de la existencia o no de actividad paranormal, se construye la persecución al personaje de De Niro. ¿Fraude o semi Dios? ¿Cuestión de creencia o un negocio millonario? ¿Raciocinio o espiritualidad? Las sub tramas parten de dichas preguntas acrecentando el suspenso en el film.
El hecho de posicionarse del lado “racional” de lo paranormal, promueve una vuelta de tuerca a los films de eventos sobrenaturales. La estructura de la película es una trama policial a cargo de los protagonistas, que irán atando cabos para desenmascarar a Silver. En el transcurso, el relato detectivesco se fusiona con el sub género de terror dedicado a los inexplicables sucesos.
Sin ser un gran film, Luces rojas es un atractivo producto de suspenso, que cuenta con buenas actuaciones y atractivas vueltas de guión, con el agregado extra para los argentinos de ver a Sbaraglia en una producción hollywoodense.