Lucky tiene 90 años pero el espíritu de un joven lleno de vida. Pese a fumar sin parar, su envidiable salud le permite tener una rutina cargada de actividades, incluyendo encuentros en un bar con un desopilante grupo de amigos entre los que se destaca Howard, un simpático lugareño obsesionado con encontrar a su tortuga desaparecida. Todo parece estar bajo control hasta que un inesperado desmayo le hace poner las cosas en perspectiva, y a partir de allí comienza a vivir una serie de aventuras inolvidables.