Lucy

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Scarlett, ese diamante

Lucy (Scarlett Johansson) es una atractiva estudiante que disfruta de unos días de agite nocturno en Taipei. Lleva apenas una semana de romance con Richard (Pilou Asbæk), un típico chanta que le pide (y luego la obliga a) que entregue un maletín a unos mafiosos liderados por el cruel Mr. Jang (el coreano Min-sik Choi). El portafolio tiene varios paquetes de CPH4, una poderosa droga sintética diseñada a partir de sustancias humanas (generadas por embarazadas para más datos).

La cuestión es que a la inocente Lucy la obligan a transformarse en mula para llevar a los Estados Unidos uno de esos paquetes oculto dentro de su cuerpo. Tras recibir unos cuantos golpes en el estómago, el contenido empieza a esparcirse por su organismo convirtiéndola en poco menos que una superheroína digna de Marvel (sí, ya sabemos que ScarJo también es La Viuda Negra de los Avengers). "Siento todo", dice ella, mientras su cerebro se expande del 10% que usa cualquier ser humano hasta el mismísimo 100%. Así, no sólo empieza a tener una fuerza descomunal sino también la capacidad para mover elementos y hasta manipular el accionar de otras personas: Lucy in the Sky with... Guns.

Si esta premisa puede sonar ridícula, todavía más lo son las conferencias que da un experto en la materia (el profesor Norman que interpreta Morgan Freeman) y ni que hablar los "documentales" que resumen las miserias, catástrofes, hallazgos y milagros de la sociedad con el correr de los siglos (editados que tienen algo de filosofía barata y toques new age) ¿Importa? ¿Molesta? Claro que no. Lucy -la película- es premeditada, obscenamente absurda y berreta, pero al mismo tiempo decididamente graciosa y disfrutable.

Besson no se toma demasiado en serio, se ríe de sí mismo, juega al cine clase B, apuesta por el humor negrísimo, acumula excesos sangrientos, regala un par de set-pieces memorables (como en todo tanque francés hay una notable secuencia automovilística) y se regodea con Scarlett como diva y mujer de acción (¿recuerdan Nikita?). Por lo visto en la taquilla (es la película más exitosa de su carrera), la apuesta a Besson le salió muy bien. Y hasta se dio el gusto de inaugurar el muy cinéfilo Festival de Locarno. Negocio y prestigio. Más no se puede pedir.