Todo o nada
El director francés Luc Besson, reconocido por su estilo casi hollywoodiense mezcla de John Woo con Michael Bay más una pizca de citas a otros films, donde el ritmo frenético y la acción son verdaderos protagonistas, y que cuenta en su filmografía con grandes éxitos como Nikita, León, el profesional (considerada por muchos película de culto) o El quinto elemento, explora nuevamente el género de ciencia ficción con Lucy, película que escribe, dirige y produce,
Lucy parte de una idea original y sugerente propia de un género que pretende llevar al espectador a otros mundos u otros planos imaginarios, una premisa científica con una base más o menos real que puede ser falsa o no pero es verosímil, en el sentido de que debe parecer posible.
Una chica común y corriente se ve involucrada en una red mafiosa de narcotraficantes asiáticos, que le obligan a hacer de “mula” de un nuevo tipo de droga que aumenta la capacidad cerebral, abriendo las puertas de la percepción y llevando al cerebro humano a niveles de operación desconocidos.
Lucy adquiere superpoderes de forma inesperada y buscará consejo en el Profesor Norman (Morgan Freeman), cuyas teorías sobre el aprovechamiento de la capacidad cerebral del ser humano son refrendadas con el ejemplo de la joven y su accidental descubrimiento.
Tras un comienzo, en el que Morgan Freeman (una reencarnación de su personaje en Transcendence) comienza a explicar los inexplorados límites de la mente humana haciendo honor al eslogan de la película: “Una persona normal utiliza el 10% de su capacidad cerebral. Imagina lo que ella puede hacer con el 100%”, y donde Scarlett Johansson se ve involucrada en una serie de escenas repletas de tensión y violencia (incluidas las poco sutiles pero efectivas metáforas visuales estilo ''Animal Planet'' de la captura de la protagonista) que terminan con la droga tomando posesión de Lucy, el relato ingresa en una montaña rusa que colecciona a un ritmo frenético y en partes iguales secuencias tan absurdas como deslumbrantes.
Lucy se convierte en una mezcla de Nikita con Terminator, sin sentido del humor, gestualmente inmutable y sin alma, que además de venganza emprende una carrera contra el tiempo por alcanzar el máximo de su capacidad cerebral y así el conocimiento supremo, eliminando el único apoyo emocional decente que teníamos, dando lugar a un cambalache con Lucy enfrentada a la mafia taiwanesa, controlando todos los aparatos electrónicos a su alcance (casi bizarro), poderes sobrehumanos al estilo súper héroes, sed de venganza, efectos especiales, tiroteos, grandes persecuciones y accidentes espectaculares por las calles de París, mezcladas con alegorías sobre la naturaleza y el proceso evolutivo con unas cuantas reflexiones sobre la vida, el conocimiento y el universo a ritmo vertiginoso y sin dar respiro.
Fiel a su estilo Beson incorpora “guiños” de otros films, como Matrix (en la manipulación de información, visibilidad de las líneas de comunicación, efectos especiales), Atlas de las nubes y El árbol de la vida (cuestiones metafísicas sobre el papel del ser humano en el mundo, su origen y su destino), Kill Bill (la mujer que emprende un viaje de venganza) con auto referencias de Nikita y hasta 2001 Odisea del espacio de Stanley Kubrick (con el encuentro entre Lucy y su análoga en la prehistoria).
El delirante final donde todo vale, con viajes en el tiempo incluidos, cierra un relato que se origina sobre una base pseudocientífica pero de la que nunca pretende tomar parte ni desarrollar ni mucho menos convencer de su veracidad, para dar lugar a la evolución de Lucy, con personajes unidimensionales y arquetípicos propios del genero de acción y la síncresis lograda entre la espectacularidad de las imágenes y el ritmo vertiginoso impuesto por la banda de sonido a puro techno (a cargo de Eric Serra).
Pese a sus absurdos (no tiene mucho sentido la escena del avión en la que poco a poco se va deformando y desintegrándose – ¿Para qué necesita al cirujano coreano? – ¿Si califica de rudimentarios los estudios del científico para que necesita su ayuda? - ¿Si puede decodificar el sistema binario de los ordenadores y conectarse mentalmente a internet por qué utiliza ordenadores portátiles? - ¿Si puede manipular el tiempo, los seres vivos y cualquier tipo de materia con un dedo, para qué pide concentrarse al final? - ¿Entran todos sus conocimientos en un Pendrive?, y podría seguir.), la película absorbe al espectador y fluye tan bien que cuando uno quiere ver todo lo que está mal ya habrá terminado y disfrutado de la acción, comprobando una vez más que Scarlett puede hacer de todo.