Luc Besson está de regreso (en el mejor de los sentidos) con Lucy, una película cuanto menos se analiza mejor funciona.
Lucy vive en Taiwan y es convertida en “mula” a la fuerza. Su trabajo es transportar una bolsa de una nueva droga sintética que fue escondida quirúrgicamente dentro de su abdomen. Pero cuando la bolsa se rompe y la droga entra en contacto son su organismo, comenzará a desarrollar la habilidad de aumentar capacidad cerebral mucho más allá de lo que es posible en un ser humano.
Bienvenido otra vez, Monsieur Besson
Mi primer pensamiento al segundo que se prendieron las luces de la sala y comenzaron a correr los títulos finales fue: ¿Cuanto hace que no veía una buena película de Luc Besson? No me refiero a una película espectacular en la linea de El Perfecto Asesino, pero sí a una que me entretuviera desde el primer plano hasta el último. Tuve que hacer memoria, y mucha. En los últimos años el director francés se dedicó a escribir guiones de cintas como Búsqueda Implacable y El Transportador (y de todas sus secuelas y derivados) pero su faceta como director parecía ir para otro lado. Dedicó su tiempo a dirigir varias películas de Arthur y los Minimoys que nunca llegaron a nuestro país, así como tambien la fallida comedia negra Una Familia Peligrosa con Robert De Niro y la “no-tan-fallida-pero-aflojale-al-golpe-bajo” La Fuerza del Amor. Recién en el año 2005 podemos encontrar la particularmente hermosa Angel-A y antes de eso, en 1997, El Quinto Elemento, quizás la obra más cercana en espíritu pochoclero a Lucy, la cinta que nos importa aquí.
En un año donde en mi opinión vimos algunos interesantes tanques llegar desde Hollywood como Capitán América: El Soldado de Invierno, Guardianes de la Galaxia y Al Filo del Mañana, Lucy viene a patear el tablero. Luc Besson entrega una película como ningún otra. Pero al mismo tiempo, esta singularidad de seguro le jugará en contra con mucha gente. De hecho creo que recomendar Lucy es una tarea bastante complicada.
La realidad es que a pesar de una historia que no resistiría ningún tipo de análisis, Lucy funciona por varias razones. El guión parte de un giro interesante que lentamente comienza a irse al demonio, y eso no lo digo como algo malo. Besson sabe exactamente lo que tiene entre sus manos y en todo momento se adelanta a la reacción del espectador, dejando en claro que, al fin y al cabo, esto es cine pochoclero y no una versión violenta de El Árbol de la Vida de Terrance Malick. Acá venimos a divertiros.
Por otro lado, la dirección de Besson es sencillamente brillante y sin temor al ridículo. El director inserta breves analogías que representan el destino de los personajes en medio del relato y hasta se da el lujo de despacharse con escenas sumamente imaginativas, incluyendo una persecución por las calles de París que no tiene desperdicio.
Lucy llega tambien para confirmar que Scarlett Johansson es una de las mejores heroínas que tenemos hoy por hoy y que merece un film en solitario de Black Widow ya mismo. Su interpretación es siempre creíble sobre todo en el momento de quiebre de su personaje, tambien hace un buen trabajo cargandose la película sobre sus hombres y brilla en esos momento de acción que son los que en definitiva terminan vendiéndonos la película. El actor coreano Choi Min-shik (el mismo de Oldboy y I Saw the Devil) es sin dudas otra de las joyitas que se reserva Lucy y su actuación como el villano de turno, Mr. Jang, es sádicamente divertida. Por otro lado Morgan Freeman se pone en modo piloto automático y rinde de la mejor manera como lo hace usualmente.
Conclusión
Con acción constante y buenos toques de humor, Lucy es pura diversión garantizada siempre y cuando no se tomen muy en serio su mensaje “new age”y hagan la vista gorda a ciertas inconsistencias del relato. Besson entrega una película sumamente visual, ágil y entretenida, como ninguna otra que puedan ver este año. Pero aun con esta crítica positiva, estoy seguro de que Lucy es un film que va a dividir las aguas.