Lucy

Crítica de Shaoran Nox - La Cinerata

Todos hemos escuchado más de una vez que los seres humanos usamos el 10% de nuestro cerebro. Y que es esa capacidad, por muy pequeña que parezca, es la que nos diferencia de los animales, lo que nos da la capacidad de hablar, de pensar, de ser nosotros mismos. Aunque investigaciones recientes aclaran que, en realidad, si usamos todas las neuronas de nuestro cerebro, la diferencia es que no todas las neuronas pueden hacer sinapsis unas con otras: las de adelante no conectan con las de atrás y así sucesivamente dependiendo de la distancia que exista entre ellas.

A pesar de ello, los creyentes de la ciencia ficción establecen que si realmente pudiéramos usar un poco más de ese 10%, empezaríamos a descubrir más cosas: telequinesis, control mental, otros campos de visión y una sorprendente capacidad de aprender nuevas cosas. Así, Lucy (Scarlett Johansson) por accidente, al ser usada como transporte de droga ilegal dentro de su cuerpo, absorbe parte de la droga experimental y comienza a experimentar cambios que la llevan a tener mayor acceso y control de su cerebro. Sin embargo, esa misma conciencia, le advierte que morirá (o al menos desaparecerá) en cuanto alcance el 100% de uso, por lo que debe apresurarse a encontrar el sentido de la vida antes de que su destino la alcance.

Aunque en principio y por el avance, pareciera un thriller de acción, el nuevo filme de Luc Besson (el Quinto Elemento, El Profesional), es ciencia ficción. Quizá más ficción que ciencia. Porque aún cuando las teorías que maneja no están comprobadas (al fin y al cabo eso es la ciencia ficción, jugar con ideas acerca de lo que no conocemos), conforme avanzamos de porcentaje, el filme se llena cada vez más de incoherencias. Y lo más triste de todo es que el conflicto se quiere resolver en 1 hora y media, corriendo contra el tiempo, en lugar de darse su espacio para plantear mejores preguntas filosóficas. Corre como con prisa de que se termine el guión y la gente vea todas las fallas que tiene, incluyendo su falta de acción y la falta de sentido común. Quizá algún día una idea parecida resulte un mejor producto