Narcos, chipá y dos tererés humeantes
La apuesta de Luna de cigarra -2014- a un cine comercial la aleja un tanto de otro film paraguayo que tuvo repercusión en nuestro país como 7 cajas -2012-. No obstante, el film de Jorge Díaz de Bedoya funciona como película de narcos, comedia de acción costumbrista y que hace de los estereotipos su blanco preferido para tomar en tono de burla o parodia todos los lugares comunes del género y así lograr un equilibrio entre una trama que acumula situaciones y personajes variopintos, de manera fluida, pero sin demasiada pretensión en términos narrativos.
El humor opera como apunte pero no es eficaz ni causa gracia, sino como un botón de muestra del registro lúdico dominante durante los 87 minutos de metraje, donde el público será testigo de un derrotero en el que están involucrados los empleados de un narco, quienes pretenden engañar a su jefe, el “Brasiguayo”, y quedarse con toda la parte de la torta en vez de migajas.
En ese sentido, el tráfico de drogas en la frontera, el tráfico de órganos en el mercado negro y el lavado de dinero dicen presente en Luna de cigarras, también las referencias desde los diálogos a la idiosincrasia paraguaya y ciertos rasgos culturales para amenizar la trama.
Los personajes no hablan de hamburguesas ni de hotdogs como puede ocurrir en cualquier film que trata de emular el estilo de Quentin Tarantino, sino que intercambian palabras con elementos propios de la cultura como el chipá, la caipirinha, el tereré y con una impronta discriminatoria hacia todo aquello que representa a los gringos.
Por eso, la ironía se desata en la pesadilla del personaje norteamericano –Nathan Haase-, quien llega para cerrar un negocio de drogas, sin advertir lo que le espera una vez que pise tierras guaraníes.
La galería de personajes no pasa de simpáticos, simples, aunque es de destacar Gatillo –Javier Enciso- así como algunas de las secuencias con resolución tarantinesca de por medio en las que el director demuestra conocimiento y cierta admiración por el autor de Pulp Fiction -1994-
Por supuesto que si se trata de narcos, mucho mejor que sean latinoamericanos bajo la mirada latinoamericana y no del maniqueísmo habitual hollywoodense y toda su parafernalia ideológica y estupidizante.