Film que destila poesía
Coincidieron en julio dos películas sobre los beneficios de talleres de expresión artística en las cárceles: "Cesar debe morir", filmada en Rebibbia, donde van los peores, y la que hoy se estrena, "Lunas cautivas, historias de poetas presas", registrada en la Unidad Penitenciaria 31 de Ezeiza. Teatro en un caso, escritura en otro. Varones y mujeres. Las diferencias no son terminantes, salvo una.
Y es que los hermanos Taviani presentan a cada quien con su nombre completo, cargo y condena, como para que lo vayamos sintonizando con el personaje que le toca interpretar. En cambio, Marcia Paradiso, autora de "Lunas...", permite que sospechemos un solo cargo y nos da un solo nombre completo, el de Liliana Cabrera, que ya publicó tres libros. Del resto, apenas algunos nombres de pila y ciertas experiencias, como el fin de la pena o el dolor de ser madre en esa situación. Porque en este caso no necesitamos saber qué macana habrán hecho. El título ya lo sugiere: más que presas que escriben poemas, ante nosotros hay un grupo de poetas presas. Mujeres que encuentran en sí mismas unas frases musicales con las que expresar lo que viven, como aquellos otros las encuentran en un texto de Shakespeare.
El ejercicio de la escritura ellas lo practican en reuniones conducidas por María Medrano y Claudia Prado, miembros de una asociación civil y cultural. Detalle simpático, las internas van a esas reuniones más acicaladas que sus profesoras. Será que ahí se sienten libres, otra vez dueñas de sí mismas aunque sea por un rato. Las vemos discutir algunos textos, hacer los suyos tomando como modelo el "Yo fui" de Luis Cernuda, leerlos en el salón ante otras compañeras, participar también en un taller de fotografía estenopeica, tomar algo de sol, y hasta salir a una pequeña fiesta de la mencionada asociación, siempre bajo vigilancia, por supuesto (para no desentonar, los agentes van de civil, pero permanecen todo el tiempo serios incluso cuando las llevan de regreso).
Paradiso las sigue, deja que charlen y escriban, y cada tanto muestra también algunas imágenes de la Unidad, con el campo que la rodea, los atardeceres tranquilos, los silencios, los pájaros que vuelan de un lado para el otro sobre el alambrado. No agrega nada, ni falta que hace. La suya también es poesía.