Este trabajo de Marcia Paradiso ganó el premio al Mejor Documental Nacional en el 14mo Festival de Cine de Derechos Humanos DerHumALC (que regresa en unos días a ser el centro de atención en su edición 15) y les decimos, que es ampliamente merecido el reconocimiento.
“Lunas cautivas” es un registro directo, crudo, humano y extrañamente cálido, que nos presenta la vida de tres mujeres, escritoras, que participan de un taller literario, dentro de la Unidad Penitenciaria 31 de Ezeiza.
Ellas comienzan a desarrollar sus inquietudes creativas dentro de un marco complejo (la vida carcelaria) y la habilidad de la directora es acompañar ese proceso, invitándonos a conocer a sus protagonistas, en sus propios términos.
Con sus propios miedos y contradicciones. Con su brillo y alas. Y con sus días oscuros. Y su pasado como ancla. El film se estructura en tres partes, cada una dedicada a una poeta “cautiva”. Detrás de los fríos muros, un grupo de mujeres se reune con compañeras, a generar textos que alumbren su interioridad, desde los disparadores que propone la coordinadora docente del grupo.
Pero además, varias de las internas que participan en este taller que es el centro de la mirada, forman parte de un grupo que experimenta la fotografía, habilidad y arte que complementa al de la palabra. Cada mujer compartirá con el público, sus motivaciones a la hora de poner en el papel sus contradicciones y luchas intestinas.
En cada término que se juega, se percibe cómo cada escritora es atravesada por su obra, sin dudas, este documental analiza la capacidad liberadora de la palabra, la fuerza del arte para transformar vidas, aunque el cuerpo esté oprimido, la cabeza y el espíritu siempre pueden ser libres. De las tres protagonistas, nos quedamos con la de Lili.
Una mujer talentosa, con un nivel de autoconocimiento sorprendente, inquieta, potente y comprometida…que arrastra una historia de vida complicada pero que logra resignificar a través de las experiencias que la hermanan con otras presas, detrás de las rejas.
Paradiso es muy hábil para adentrarse en la vida de esos grupos y también es sólida a la hora de estructurar su narración. Si bien durante la primera parte, “Lunas cautivas” quizás no atrape al espectador, lo cierto es que la última de las historias, resignifica y le da profundidad y gran sentido al film.
Un documental atractivo, quizás un poco desparejo, pero efectivo y movilizante. Un registro necesario pero además, esta propuesta es una oportunidad para reconocer al arte y la reflexión, presentes en todos los espacios, incluso en aquellos en que el cuerpo está contenido y limitado…