Rompiendo con el arquetipo de personaje afroamericano que el cine comercial nos tiene acostumbrados, muñido de buenas actuaciones y una gran fotografía, "Luz de luna" narra con sutileza y sensibilidad el paso desde la infancia hasta la adultez de un niño combinando momentos crudos y realistas, reflejo directo de una situación social determinada, con momentos casi poéticos.
El nuevo film del director Barry Jenkins, ganador del premio a Mejor película Dramática en los recientemente entregados Globos de Oro, y que formó parte de la Competencia Oficial del ultimo Festival Internacional de Cine de Mar del Plata llevándose el premio a Mejor Actor por Mahershala Ali, es una adaptación de la obra de teatro de Tarell Alvin McCraney "In Moonlight Black Boys Look Blue" -cuyo título hace referencia a un dicho que afirma que los chicos negros parecen azules bajo la luz de la luna- y se estructura alrededor de tres momentos clave en la vida de un protagonista afroamericano desde su infancia hasta la adultez.
La infancia de un pequeño y retraído Chiron -gran interpretación de Alex R. Hibbert, un niño cuya mirada y gestualidad transmiten todo-, que padece a una madre -Naomie Harris- adicta al crack y es víctima del bullying de sus compañeros, e irónicamente encuentra amistad y contención familiar en un amable traficante interpretado por Mahershala Ali -House of Cards- y su novia Teresa -la cantante Janelle Monae-.
Ya en la adolescencia, Chiron -interpretado por Ashton Sanders- sigue sufriendo el acoso escolar y continua descubriendo su propia identidad y despertar sexual, silenciada en parte por el duro contexto social en el que se va criando.
En el tramo final, Chiron -Trevante Rhodes- ha cambiado su físico y no solo adopta el apodo Black, sino también el estilo y la forma de ganarse la vida de su salvador en la infancia, aunque su interior no es menos confuso ni retraído, sobre todo, cuando vuelve a encontrarse con su antiguo amor.
Luz de luna combina momentos crudos y realistas, reflejo directo de una situación social determinada, con momentos casi poéticos sobre lo que este personaje vive y debe enfrentar.
La película supone una ruptura con el arquetipo de personaje afroamericano que solemos ver en el cine y no se enfoca en el problema racial, sino en temas como el reconocimiento de la homosexualidad en un entorno conflictivo, el acoso escolar y las familias rotas por las drogas, pero fundamentalmente en como cada individuo, a pesar de su pasado, puede elegir forjarse por caminos diferentes o repetirlo.
El sutil y sensible tratamiento de las relaciones amorosas, con diálogos precisos y un reparto de uniforme solvencia -sobre todo la gran interpretación del pequeño Alex R. Hibbert-, hacen de Luz de luna un film interesante y emotivo que, tal vez, hacia el final extiende demasiado su resolución, y al que las ultimas tendencias lo ubican como uno de los títulos más fuertes para recibir varias nominaciones en los próximos premios Oscar.