Para saber cómo es la soledad
Esta película, que tiene ocho nominaciones al Oscar, cuenta la vida de un chico pobre en una Miami desconocida.
Olvídense de la Miami de los shoppings y los hoteles cinco estrellas, de Susana Giménez y Ricardo Fort, de las playas relucientes y los autos de lujo. Bienvenidos a la Miami de casas prefabricadas, narcotraficantes de poca monta, colectivos que pasan cada muerte de obispo, adictos irrecuperables. En esta Miami cruda crece Chiron, un negro pobre, sin padre biológico y a la sombra de una madre más preocupada por sus dosis de crack que por su hijo. Una vida sin salida a la vista.
Luz de luna le cayó como maná del cielo a la Academia de Hollywood para recomponer su imagen, abollada en los últimos dos años por las acusaciones de racismo. Se sabe que los premios son arbitrarios, caprichosos, dignos de desconfianza. Pero si aquí las ocho nominaciones –incluida mejor película- están bajo sospecha de corrección política, hay que decir que se sostienen (también) por la calidad de la película. No sólo cuenta la historia de un marginal que refleja las penurias de una gran parte de la población negra de Estados Unidos, sino que lo hace con una sensibilidad poco frecuente en el cine estadounidense, una ternura poética que sólo aparece de vez en cuando en algunas producciones independientes.
El director, Barry Jenkins -cuarto negro en la historia en ser nominado al Oscar a mejor director- y su coguionista, Tarell Alvin McCraney, pusieron gran parte de sus biografías en juego: los dos crecieron, bajo la tutela de madres adictas, en Liberty City, el mismo barrio pobre donde tuvo lugar la mayor parte del rodaje. Pero esto no les impidió mantener la distancia necesaria para poder narrar esta historia sin estridencias, tintas sobrecargadas ni golpes bajos, sino con un pulso ascético, casi documental.
El relato está dividido en tres actos: la infancia, la juventud y la adultez de Chiron. Pero a diferencia de otras películas de aprendizaje, donde suele haber una evolución positiva, ésta parece un estudio sobre qué le sucede a alguien que crece sin cariño y que sólo recibe hostilidad e indiferencia. Salvo alguna excepción, como el vínculo con un narco de barrio (Mahershala Ali, conocido por su Remy Danton de House of Cards) que funciona como una figura paterna. Una relación que regala algunas de las mejores escenas de la pelícua.
Así, Luz de luna es una minuciosa descripción de cómo la indefensión lleva a construir caparazones para sobrevivir. Y de cómo esas armaduras pueden actuar tanto para el mundo exterior como el interior, bloqueando el deseo y la capacidad de comunicación, tal vez para siempre.