El director y guionista Barry Jenkins tenía un solo largometraje en su haber y muchos años de experiencia que le dieron forma a esta nueva historia basada en algunos aspectos de su propia vida, problemas y situaciones que tuvo que atravesar, tanto él como su coguionista Tarell McCraney, en los barrios menos privilegiados de Miami, donde se crió.
Este es el mismo entorno con el que lidia Chiron (apodado “Little” por su contextura enclenque), un pequeñito afroamericano, habitante de los barrios más marginados de Florida, donde la criminalidad está a la orden del día. El director decide relatar tres etapas fundamentales de la vida de su personaje, desde la niñez hasta la adultez, tocando temas como el abandono, la falta de una figura paterna, el bullying, el despertar sexual, la amistad masculina y un montón de conflictos que le van dando forma al carácter de este jovencito que sólo intenta pasar desapercibido y sobrevivir en un mundo bastante desfavorable.
“Luz de Luna” (Moonlight, 2016) viene pegando fuerte en los círculos festivaleros y se convirtió en una de las principales candidatas a llevarse algunas estatuillas doradas en la próxima entrega de los Oscar. Jenkins y McCraney optan por un relato crudo y directo, tal vez ajeno a nuestra cultura, pero del cual no podemos mantenernos ajenos, aunque queramos.
La historia de Chiron parece demasiado pesimista, pero es una realidad para ciertos sectores de la sociedad norteamericana. El chico se pasea por las calles tratando de huir de una madre distante y un tanto abusiva cuando se encuentra bajo la influencia de las drogas (Naomie Harris); de las golpizas de sus compañeros de escuela, que perciben su fragilidad emocional, y encuentra un poco de consuelo en la figura de Juan (Mahershala Ali), el narcotraficante del barrio que, al menos, se preocupa de su seguridad y bienestar.
Estos años marcarán el futuro del joven que debe encontrar su propia identidad. Como dicen: “Chiron puede abandonar el barrio, pero el barrio no puede abandonar a Chiron por más que se lo proponga.
Tres son los actores que le dan vida al protagonista a medida que va creciendo, conformando así, un elenco sólido y contundente que conmueve con muy poco. “Luz de Luna” es una película de palabras escuetas, con una gran banda sonora y una fotografía impecable cortesía de James Laxton. Es la apuesta “independiente” de la temporada, y la mejor respuesta al #OscarSoWhite del año pasado. Aunque la historia de Jenkins tiene muchos méritos en sí misma, más allá de la “corrección política” que pueda vislumbrar la Academia. Tal vez, no es la obra más destacada dentro de las nueve nominadas, pero cada uno de sus candidaturas las tiene bien merecidas.
“Moonlight” es una película sobre la búsqueda de la identidad, la exteriorización de los sentimientos y la aceptación, la propia y la de los demás. Todos podemos parecer iguales bajo la luz de la luna, pero hay pequeños matices que nos diferencian.