Tres veces Chiron.
Tres etapas en la vida de un hombre. Su infancia, su adolescencia y su adultez. Tres espacios delimitados por claros carteles que dividen a la historia en los mismos tres actos de cualquier relato clásico. En un comienzo el pequeño protagonista, apodado Little, sufre la ausencia de su padre y una madre adicta. Sobrevive porque encuentra en un vendedor de drogas, Juan, y a la novia de este, Teresa, quienes se ocupan de él y lo protegen, brindándole amor y cuidado en un mundo hostil. Solo tiene un amigo, llamado Kevin. El nudo del film es la adolescencia, donde la figura de la madre aun sigue siendo un problema por la profundización de sus adicciones, pero Chiron –el nombre que ahora tiene Little- ya no es tan vulnerable a ella. Tiene problemas de bullying en el colegio, lo que desencadenara el desenlace de esta segunda parte que incluye el despertar sexual de Chiron junto con su amigo Kevin. La tercera parte es la adultez, donde Chiron, ya más fuerte pero igualmente retraído, recibe un llamado de Kevin que hace mucho tiempo que no ve.
Los méritos de la película son más por lo que no hace por lo que hace, aun cuando detrás de su simpleza despliegue un abanico de lugares comunes y prejuicios. El tono sobrio y por momentos lírico se sostiene, manteniendo algo de melancolía a lo largo de toda la película. También es destacable la ausencia de explicaciones y cierres, para que sigamos centrados en la figura del protagonista. La apuesta es fuerte y algo de distracción puede producir. La sobriedad mencionada por momentos resulta ser una meseta sin interés, como si el exceso de delicadeza significara no ir un poco más allá en los temas. Algunas actuaciones son brillantes y otras son un lugar común de la vieja escuela, en particular la madre adicta como era de esperarse.
No tiene mayor importancia hablar de las nominaciones y los premios a la hora de analizar la película pero sin duda quedar claro que la única posibilidad de estreno que tenía Luz de luna estaba directamente vinculada con el Oscar. No dice nada de la película, así que no sería justo preguntarle a un film tan pequeño que intenciones o que agenda oculta tiene. No las tiene a la hora de disfrutarla o sufrirla, evitemos esa lectura. Que de eso se encarguen los que se dedican a las estadísticas.