Berry Jenkins filma con una delicadeza pocas vistas en Hollywood, se detiene, observa y nos hace percibir los sentimientos y las emociones de los personajes a través de la poesía de su imágenes. Así lo hizo con Remedios para melancólicos en el 2008, su opera prima y lo retome en Luz de luna, película basada en el libro Moonlight boys look blue de Tarrell Alvin McCraney. En su nuevo metraje Jenkins cuenta la historia de Chiron, un chico afroamericano, desde su infancia hasta su adultez. Algo así como Boyhood de Linklater pero mucho más salvaje y brutal. Chíron tiene una madre adicta a las drogas -brilla Naomi Harris en el papel- y es víctima de las burlas y el bulling de sus compañeros del colegio. Chiron, diminuto, pero con esos ojos inmensos, se la pasa sufriendo gran parte de la película, pero su calvario encuentra paz cuando conoce a José y Teresa, una pareja de treintañeros que lo contiene y lo escucha y lo aconseja en su viaje iniciativo desde la infancia hacia la adolescencia. La escena en donde Chiron aprende a nadar de la mano de José es de una ternura increíble, Jenkins sumerge la cámara, pero también se sumerge con ellos, mete el cuerpo junto con los protagonistas y en esa entrega logra una de las mejores escenas de estos premios Oscar.
Chiron esta feliz con José - Mahershala Ali nominado a mejor actor de reparto- lo ama y lo idealiza y encuentra en su persona el padre que no tuvo, con él discute sobre qué significa ser homosexual. Porque Chiron vive una historia de amor con Kevin un compañero del colegio, con quien mantiene su primer encuentro sexual. Un hecho trágico interrumpe su adolescencia y el director nos lleva a la etapa de Chiron en su vida adulta. Ese flacucho se ha transformado en un hombre bien parecido que vive en una absoluta soledad, un llamado por teléfono y el encuentro con Kevin le devolverán a la película la fuerza de la primera parte. Esa cita entre ambos se convierte en una comunión de miradas, el deseo de la niñez sigue intacto. Kevin lo mira con una seducción infinita y Chiron, hombre de pocas palabras, le devuelve todos los guiños. De fondo suena Hello Stranger de Barbara Lewis, Chiron vuelve a ser feliz. Con un final al estilo de Carol de Todd Hynes, uno sale movilizado de ver Luz de Luna, una película que explora los sentimientos y los deseos humanos.