Ma

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

El nuevo film de Tate Taylor, "Ma", es un thriller capaz de revertir sus evidentes errores a su favor, y entregar un sólido entretenimiento autoconsciente. Algo extraño sucede cuando terminamos de ver "Ma". Estuvimos toda la película preguntándonos y diciéndonos ¿por qué hacen esto?, esto está mal, acá hay un error, ¿en serio pasó eso que acabo de ver?; sin embargo no podemos decir que lo vimos estuvo mal, todo lo contrario, estuvo bastante bien.
"Ma" es una muestra de que no es necesario que una película cierre por todos lados para convencer. Con más trayectoria como actor (acá se guarda un rol pequeño pero notorio), Tate Taylor tiene una filmografía como director en la que se probó en diferentes géneros. La comedia ácida, el drama edificante sobre el segregacionismo, la biopic musical, y el drama de suspenso.
Claro, quizás su nombre siga asociado a "Vidas cruzadas", ese drama de las criadas afroamericanas recordado por ser la película del pastel de caca (un elemento que bien podría haberse repetido en Ma). Quizás el elemento distinto de "Ma", lo encontremos en su guionista, Scott Landes, otro de esos humoristas, que como Jordan Peele, o John Krazinski, ahora pretende dar el salto al cine de terror.
Esta producción es lo que para los fans del género se conoce como "bully slasher", una película sobre un personaje que fue maltratado y humillado en el pasado, y ahora busca venganza; pero con un giro extra: su protagonista, la victimaria, una mujer de entre cuarenta y cincuenta años, aparentemente normal, que busca relacionarse con jóvenes para paliar su soledad, y esconde un lado muy oscuro.
La adolescente Maggie (Diana Silvers), se muda a un pequeño pueblo escapando junto a su madre Erica (Juliette Lewis) de un matrimonio fallido y varios fracasos de esta. En realidad, Érica está volviendo al pueblo de su infancia y adolescencia.
A Maggie no le cuesta hacerse de un grupo de amigos que la acepta sin más; la rubia Haley (McKaley Miller) con un notable parecido a Tatum de Scream; el galán buenazo Andy (Corey Fogelmanis), el fiestero Chaz (Gianni Paolo), y el condimento afroamericano Darrill (Dante Brown). Maggie vendría a encajar en el grupo como la buenita y algo candorosa, pero arrastrada por la masa. A los cinco se les cancela una fiesta y deciden pasar la velada en una camioneta tomando alcohol.
Pero siendo menores, necesitan que alguien se los compre. Maggie es la designada a pararse frente al almacén y pedir que alguien les compre las botellas, y la única que termina aceptando es Sue Anne (Octavia Spencer), una empleada de la veterinaria que se muestra amistosa con ellos. Escena seguida, la vamos a ver a Sue Anne recopilando datos en redes sociales de estos chicos ¿Qué busca? Sue Anne se obsesiona en relacionare con ellos, y en otro cruce, les vuelve a ofrecer el sótano de su casa para que se reúnan a tomar.
Es ahí que establece una serie de reglas, entre ellas, no subir hasta la casa, sólo quedarse en el sótano. Ah, y le gustó que Darryll le diga Ma. "Ma" se toma un buen tiempo en presentar a los personajes, por más clichés que estos sean. Iremos viendo de a poco, cuáles son sus intenciones, y cómo cada vez más se va introduciendo en la vida de estos chicos, hasta convertirse en alguien muy peligroso.
Mediante una serie de flashbacks esporádicos, veremos que Ma tuvo una adolescencia complicada marcada por el bullyng de sus compañeros, que algo le hicieron ¿Qué le hicieron? Van a tener que esperar bastante para descubrirlo. El guion de Landes está lleno de lugares comunes y agujeros. No son una o dos cosas dudosas, son varias y notorias las que no cierran.
Todo es una serie de incongruencias, con una lógica que no soporta un verosímil. Sin embargo, se va armando algo en el que Ma nos convence de estar en su propio universo. Remontémonos a la época de oro del slasher, sobre todos los más delirantes y estilo clase B a los que Ma parece homenajear ¿cerraban? no, planteaban un juego en el que la diversión suplía la verosimilitud, tal como sucede en esta película.
Ma no es una película rigorosa, ni lo intenta, pero es muy divertida. Todos los personajes víctimas son odiosos. La película se encarga de ponernos del lado de Ma, son tan estúpidos, tienen tan poca simpatía, y cometen actos de dudosa empatía, que sí, queremos que Ma se cobre venganza con ellos. Eso mismo sucedía en el slasher ochentoso del que Ma bebe a cada paso.
Quizás podamos decir que en este juego de diversión, su primer tramo es demasiado largo, y que no es tan fuerte como pudo haber sido, casi que le amaga en buena parte a ser de terror puro. Pero su media hora final, prepáranse porque si entraron en el juego, hasta pueden llegar a aplaudir, a reírse fuerte y toma dos decisiones bastante jugadas para lo que la película venía siendo.
El elenco adolescente no se luce, se esfuerzan en ser odiosos, y no hay mucho que destacar. Hay otra chica, una evangélica, que es más divertido el personaje, que la insípida actriz que la interpreta. Entre los mayores, la presencia de Luke Evans, una Alisson Janney que aparece en el film casi de colada y por eso mismo causando gracia, y las noventosas Juliette Lewis y Missi Pyle; refuerzan porque se los nota tan divertidos como a la película misma.
Son puntos a favor. Ma parece ser una película al servicio de que Octavia Spencer pueda salirse de ese rol de comic relief en película dramática, y lo logra. Se carga la película al hombro, actúa bien, y hasta está en el tono delirante y bizarro de la película. "Ma" es una película que eligiendo todas las opciones incorrectas que la pudieron llevar al peor final, aborda a un resultado bastante satisfactorio.
No esperen el thriller del año, pero si lo que buscan es diversión, Ma nos abre las puertas de su casa.