Macbeth

Crítica de Alejandro Páez - Madzine

La reciente adaptación del clásico Shakesperiano encuentra su camino a la modernidad sin faltar a su trágica esencia. Macbeth, hombre conducido por la ambición, tanto suya como por la de su esposa, llega a ser rey, sólo para dar cuenta de lo afilada y mortal que es la espada de Damocles que pende sobre el. Rápidamente Macbeth es consumido por la locura llevando a todos aquellos que lo rodean a la desesperación y la muerte.

El film dirigido por Justin Kurzel (el encargado de la adaptación de Assassin’s Creed) se inscribe entre esas grandes obras donde las actuaciones eclipsan la pantalla, la orquesta se organiza de tal forma que las interpretaciones no dan respiro. La cinematografía, realizada con una visión ejemplar de la épica, da paso al motor sentimental del texto, tanto en la voz como en el cuerpo del actor.