Machete ocurre
A veces hay un hombre. No diré un héroe porque, ¿qué es un héroe? Pero a veces hay un hombre. Está en el momento y en el lugar exactos. A veces hay un hombre. Y ese hombre es Machete, el ex federal mexicano devenido en mercenario interpretado por Danny Trejo. El director Robert Rodríguez inventó a Machete en un tráiler falso para Grindhouse (2007) pero el chiste cobró vida con Machete (2010) y continúa con Machete Kills (2013), cuyo redundante título alude a la redundancia de la propia película.
En esta nueva entrega, Machete pasa a ser una especie de James Bond chicano, armándose con tecnología de punta (todo un arsenal de armas blancas fantásticas) para detener al excéntrico multimillonario Luther Voz (Mel Gibson) y su ridículo plan para conquistar el mundo. Así que si Machete era un homenaje al cine de género explotador de los ‘70s, Machete Kills además canibaliza el cine de espionaje a lo Bond y lo hace propio. El absurdo terrorismo espacial recuerda un poco al de Hugo Drax en Moonraker (007: Moonraker, 1979), aunque también hay cualquier cantidad de chistes a expensas de Star Wars: Episodio IV - Una nueva esperanza (Star Wars, 1977).
La gran decepción es que la película es relativamente doméstica, comparada a sus viscerales orígenes. En la primera escena de Machete, nuestro protagonista arremete en auto contra un antro criminal, amputa el brazo de un enemigo, recoge la mano que aun sostiene un revólver y dispara con ella antes de decapitar de un machetazo a los sobrevivientes, rescata a una damisela desnuda, ella le acuchilla, saca un celular de su vagina y llama a Steven Seagal, que decapita a la esposa de Machete con una katana antes de quemar todo.
Ahora comparen esta bruta eyaculación con el comienzo de la secuela, en la que algunos extras intercambian tiros antes de los títulos y ya. No resulta particularmente violento o gracioso. La primera película disfrutaba de la audacia de su temática y la crudeza de su contenido, además de enhebrar cierto satirismo político en su trama. Machete Kills está llena de la inagotable adrenalina que propulsa las películas de acción más estrambóticas y divertidas, sí, pero por contraste resulta sorprendentemente somera. El mal gusto, la irreverencia, los desnudos, los efectos especiales a la vieja escuela – todo ha desaparecido o ha sido domesticado.
Lo mejor de la película sigue siendo el curtido, el estoico, el macho Danny Trejo como Machete, un hombre cuya boca se haya congelada en un eterno rictus de desprecio y cuyo lenguaje corporal se resume en entrecerrar los ojos mucho o no demasiado. A sus 69 años sigue siendo el colmo de la rudeza y la virilidad, así que obviamente el papel le queda como un guante. A su zaga se encuentran los parias non gratos de la industria Mel Gibson como un excéntrico villano y Charlie Sheen (o “Carlos Estevez”) como el presidente de los Estados Unidos. El elenco además cuenta con dos (breves) participaciones de celebridades que han hecho carrera del fetichismo y la objetivación de sus cuerpos: la parodia humana Lady Gaga como asesina a sueldo y la voluptuosa Sofía Vergara como madama de prostíbulo. Abundan los cameos.
Machete Kills promete una tercera película: Machete en el Espacio. Lo cual no suena nada mal, desde un punto de vista irónico. La única pérdida por ahora han sido la mordacidad y la creatividad de Robert Rodríguez.