Desproporción conmensurable.
Un falso trailer del fallido díptico de Grindhouse fue suficiente para encender la chispa que llevaría a Danny Trejo y a Robert Rodriguez a cargarse con una parodia a las típicas películas de acción exploitation de la década de los '80. En un año que parece signado por la nostalgia, más hacia esos años (¿realmente todo lo anterior fue mejor?) y sin ser nada del otro mundo, Machete es la mejor propuesta. Es divertida, entretenida, y cumple con lo que ofrecía ese viejo trailer. Quizás sin tanta efectividad.
En primer lugar, el chiste ahora parece demasiado largo. Salvo por un par de secuencias (la "soga" en el hospital, la introducción y alguna más) la locura visual y estética no logra sostenerse durante la hora y media que dura el film. En el trailer, Machete llegaba hasta el cielo con una motocicleta, mientras disparaba a sus enemigos, con la machine-gun que tenía montado el vehículo. En esos dos minutos, donde abundaba el grotesco, se parodiaba a todos los lugares comunes del cine de acción (viejo y no tanto). El héroe inmortal, el one-man army. Todo era desproporcionado, desmesurado y estaba bien que así lo sea. Después de todo, lo que seguía era Planet Terror, una brillante película cómica con zombies.
Machete no hubiese sido Machete sin Danny Trejo, un actor secundario de películas como... Es carismático, feo, y rudo. Quizás no tenga demasiado tiempo en pantalla, pero bueno, en una historia donde hay tantos personajes, casi que asistimos a un desfile de caricaturas. Algunas de ellas están representadas por Michelle Rodríguez (una Che Guevara femenina), Jessica Alba (lo más flojo del film, como una agente anti-inmigración) y hasta más que cameos de Steven Seagal, Al Pacino, Lindsay Lohan y Don Johnson. El elenco de Machete, sus posters, todo, contribuyen a crear la atmósfera perfecta de una gran producción de clase B. Todo apunta a un festín de splatter, con amputaciones, muertes exageradas, tiros, explosiones, sexo y violencia. Pero como decía al principio, eso se cumple a medias. A Robert Rodriguez parece fastidiarle muchísimo la xenofobia que hay en los estados sureños en Estados Unidos, y que llevaron, incluso, a proponer leyes racistas para controlar la inmigración ilegal.
La película es una creación de Robert Rodriguez, aunque esta vez, el director no compuso la banda sonora y comparte la dirección con Ethan Maniquis (¿Qué pasa con Rodriguez que siempre tiene que dirigir acompañado por otros?). Así, Machete, pasó de ser un guiño, un gran chiste, a ser un buen chiste, lleno de tintes políticos. Todo es muy obvio (y esa es la intención: vean la comparación de la propaganda donde se presenta a los mexicanos como, literalmente, cucarachas) y entorpece un poco la acción. Vamos a ver. es una buena película. Es entretenida y divertida, pero, maldita corrección política, mucho más modesta que el atrevido trailer que ofrecía y cumplía más. Y casi con 103 minutos menos.