En MAD MAX: FURIA EN EL CAMINO, el mítico MAX ROCKATANSKY (ahora en la piel de TOM HARDY) vuelve a la autopista en una cuarta entrega de la saga inciada a fines de los setenta. En una huida a través del desierto, el héroe se une a FURIOSA, una emperatriz al mando de un camión cisterna tratando de escapar de las garras del malvado INMORTAN JOE.
Treinta años después de la última entrega, esta película retoma el universo creado por GEORGE MILLER, pero de manera mas bestial y grandilocuente. Rodada en actos, cual obra de teatro extrema, cada fundido a negro que anuncia el final de un episodio, deja la sensación de haber asistido a un espectáculo fílmico de ribetes circenses, que además se vale de los recursos cinematográficos del genero para la creación de climas, manejo de la tensión, y sobre todo mantener al espectador en constante sentido de alerta.
Road movie desértica, cuenta con decorados de pesadilla, vehículos que parecen surgidos de "Los autos locos" y una estética general de lograda opresión posapocaliptica. CHARLIZE THERON como FURIOSA, se roba gran parte del metraje y por momentos resulta más importante que el propio MAX. Y no esta mal, ya que el manejo argumental permite que esta elección luzca natural.
MAD MAX: FURIA EN EL CAMINO, no da respiro, atrapa, conmueve, se disfruta y nos devuelve en el tiempo a lo mas puro del cine de los ochenta pero con la tecnología y las posibilidades del séptimo arte actual.