Aprovechando al máximo las posibilidades expresivas de esta saga infantil, la tercer entrega de Madagascar ofrece lo que los espectadores (niños o no tanto) esperan y aún más. Eric Darnell y Tom Mc Grath, creadores y guionistas del brillante film original y asimismo de la secuela, retoman los mismos y formidables personajes de aquel zoológico de Nueva York, trasladándolos esta vez a Europa, donde vivirán dinámicas peripecias en las que están incluidas una carpa cirquence que redondea estética y narrativamente la aventura.
Madagascar 3: los fugitivos mejora argumentalmente a una parte 2 no tan lograda y propone una trama en la que, inesperadamente, el cine de espionaje europeo y el espíritu del circo se dan la mano. El león Alex, la cebra Marty, la jirafa Melman, la hipopótamo Gloria y los inefables pingüinos mantienen su protagonismo, pero se irán sumando otros cuadrúpedos recreados que forman parte de la troupe ambulante. Y en esta oportunidad también un personaje
humano toma importancia: la funcionaria de la policía francesa Madame Chantel Dubois, experta en el control de animales. Una suerte de frenética Cruella De Ville que perseguirá sin descanso a los amigos del zoo. Una propuesta imaginativa y repleta de diversión entre gags, música, baile, parodia al cine de suspenso y otros elementos disfrutables, todo enmarcado en un 3D muy bien utilizado.