Con espíritu circense
Los animales de la selva son perseguidos más que nunca en esta nueva aventura que se pasea por diversos escenarios europeos. Alex, el león; Marty la cebra; Gloria, el hipopótamo y Melman, la jirafa, escapan de África y quieren volver al zoológico de Nueva York.
Sin embargo, sus planes se alteran y quedan varados en Monte Carlo, en medio del vértigo de la ciudad y en una aventura que los une a un circo ambulante que perdió su brillo (y sus estrellas), y que pasa por Roma y luego llega a América, lo que constituye la última oportunidad para regresar a su hogar.
El film, que lleva el sello de los mismos realizadores de las entregas anteriores, tiene un ritmo endemoniado que no da respiro al espectador. A diferencia de otras producciones de animación, Madagascar 3: Los fugitivos aprovecha al máximo los recursos del 3D, no sólo potenciando figuras que salen de la pantalla, sino también aprovechando el vértigo en las alturas.
El nuevo pilar del relato es, sin dudas, la villana de turno, la Capitán Chantel DuBois, una policía cazadora de animales que hace que Cruella De Ville parezca un poroto. En este nuevo personaje y en la "troupe" del circo itinerante que forman el Tigre Zaragoza (en su rutina ya no puede pasar por el aro); Gía, el jaguar y Stefano, el lobo marino, se encuentran los momentos más disfrutables de este tercer eslabón cinematográfico que juega a recuperar el espíritu festivo y mágico del circo.
Los gags que acumula la trama dan en el blanco, entre robos de diamantes y persecuciones policiales, trapecios y una osa que cautiva al público. ¿Qué más se puede pedir?.