Justo cuando parecía que ya no había mucho que agregar a la aventuras de Alex, Marty, Melman y Gloria, la dupla de Eric Darnell y Tom Mcgrath nos regala la entrega más divertida de la saga, que se contagia por momentos del espíritu anárquico e irreverente de los hermanos Marx.
Los personajes de siempre (mención especial para los pingüinos) se complementan muy bien con los nuevos en una trama que esta vez los lleva a una persecución por todo el continente europeo para generar el vértigo bien entendido de los productos Dreamworks, que si bien no alcanza la profundidad de los de Pixar acierta sumando talentos como el guionista Noah Baumach y las voces de Martin Short (un muy expresivo león marino con acento italiano) y Frances McDormand como una temible villana dispuesta a todo por atrapar al cuarteto protagónico (aunque como siempre hay que lamentar que la mayoría de las funciones sean habladas en español). Ejemplo de una saludable tendencia actual del cine de animación a cuidar las secuelas que comenzó con "Toy Story". La propuesta de pan y circo esta vez funcionó.