El circo de los animales
Deslumbramiento visual, personajes simpáticos y humor: lo esperable.
Y sí: Madagascar 3 deslumbra y mucho desde lo visual, tiene personajes con un carisma construido y asentado en las anteriores películas de la saga, más algunos nuevos, ritmo ultravertiginoso y chistes en general logrados. ¿Alcanza para decir que estamos ante un filme fuera de lo común? No. Alcanza para decir que estamos frente a una lograda superproducción de Dreamworks: lo que se esperaba. Pero también que, detrás y después del despliegue animado abrumador, en 3D, apenas nos queda una historia sencilla, bastante convencional y previsible. Casi podría decirse que una historia que se disuelve después de su esplendor estético y formal, como la mejor pirotecnia.
En el comienzo de la película, que sumó como guionista al cineasta Noah Baumbach ( Historias de familia ), cuando los animalitos todavía están en Africa, hay una secuencia ominosa, casi pesadillesca, en la que Alex el león se imagina en una suerte de apocalipsis senil. En ese instante, Madagascar 3 amaga con tomar un sendero rabiosamente creativo, casi timburtoniano , pero no. La luz, la mansedumbre, los códigos (supuestamente) infantiles se apropian del filme, para que éste cumpla -con profesionalismo primermundista y mucho dinero- con lo que se esperaba. La aseveración incluye chistes de los personajes sobre los clichés, en una película con más de un lugar común.
Alex, la cebra Marty, la jirafa Melman y la hipopótamo Gloria parten hacia su zoológico en el Central Park. Pero, en el camino, pasarán por varias ciudades europeas, huyendo de una villana francesa: una policía cazadora de animales (como si se tratara de inmigrantes) llamada Chantel DuBois, suerte de Cruella De Ville con toques de Marlene Dietrich.
Para escapar de ella y de sus esbirros, nuestros (anti)héroes se unirán a un circo, en el que aparecerán -entre otros personajes- la seductora jaguar Gia y la simpática foca Stefano. La geografía europea y los números estilo Cirque du Soleil serán dos importantes fuentes de impacto y sofisticación. Pero si el Cirque du Soleil se maneja sin animales, este circo es sólo de animales. Su lugar de libertad. Una premisa un tanto discutible.