Afro circo!
En esta tercera entrega de Madagascar, Alex el león (Ben Stiller), Marty la cebra (Chris Rock), Melman la jirafa (David Schwimmer) y Gloria la hipopótamo (Jada Pinckett Smith) tienen un nuevo plan para volver a su amado zoo de Nueva York, ir a buscar a los pinguinos que los abandonaron para ir a jugar al casino de Montecarlo, y luego de reprenderlos por el abandono y obligarlos a que los lleven de vuelta a casa.
Ya en Monte Carlo las cosas se complican cuando se topan con una funcionaria del control de animales que está decidida a capturarlos. La villana en cuestión es la capitana Chantel DuBois (Francis McDormand) que además de terriblemente malvada parece indestructible -es una mezcla entre Cruella DeVille y el villano de Matrix- no hay pared que no pueda atravesar, ni obstáculos que no pueda esquivar con tal de conseguir su objetivo. Huyendo de la malvada capitana, los protagonistas se topan con un circo, el cual terminan dirigiendo gracias a la intervención económica de los pingüinos.
Ya en el circo aparecen los nuevos personajes, Vitaly, un tigre que ha perdido el rumbo (Bryan Canstron), Stefano (Martyn Short) una foca que nunca pierde el entusiasmo, y Gia (Jessica Chastain) un jaguar que conquista el corazón de Alex. Ahora la misión de los protagonistas es doble, por un lado huir de la capitana de control de animales, y por el otro lograr la confianza y el optimismo de los animales del circo para que el próximo show en Londres sea un éxito y un productor que estará en el publico los lleve de nuevo a su amada Nueva York.
La historia es simple, no es lo mejor que se ha inventado para niños, pero no está ahí su atractivo, sino en la enorme cantidad de toques de humor, muchos de ellos más accesibles a los padres que a los hijos, y en esta tercera en particular un toque de surrealismo con algo de bizarro realmente increíble, como las escenas de amor de Julien (Sacha Baron Cohen) con la osa del circo, o las estrategias de los pingüinos manipulando a los monos para ganar en la ruleta del casino.
Todos los personajes son extraordinarios, acá no se limita a la típica película infantil con un malo, un bueno y una linda, los personajes son complejos, irónicos, exagerados, y la perfección con la que están animados en 3D les aporta un expresionismo grandioso.
La malvada DuBois merece un capitulo aparte; no solo es mala, tiene una pasión por su trabajo y una fortaleza ante las adversidades, que si su rostro no diera tanto miedo hasta querríamos que ganara.
Los nuevos personajes del circo aportan lo necesario para esta tercera aventura, están ahí para que los protagonistas de siempre los ayuden a vencer sus debilidades, y juntos encontrar su destino, porque el final sí es digno de una pelicula de niños.
Tal vez lo único que no termina de cerrar es lo ambiguo del mensaje de la película, el juego entre la libertad deseada y la aceptación de una realidad en sentido contrario.
Visualmente todo lo que se pueda decir de la película es poco, al final en los créditos no dejan de aparecer interminables listas de ilustradores, animadores, modeladores, y demás, que dieron vida a esta compleja producción visual que por momentos parece que hay que verla más de una vez para poder apreciar todos los detalles que ya sobre el final, en el show circense, marea un poco.
La nueva Madagascar es aún mas rica visualmente que las anteriores, y tiene esa mezcla de personajes histrionicos, como Marty o Gloria, y surrealistas como Maurice o el rey Julien, que la transforman en algo más que una película infantil. A eso se le suma música pegadiza, escenas de acción interminables, y algún que otro toque meloso, y entonces tenemos una película para chicos, que además -se descuenta- será un éxito taquillero.