Perdidos en Europa a puro circo
La tercera entrega de esta saga protagonizada por animales que escaparon del zoológico de Nueva York, encuentra a los protagonistas recorriendo varios países con un circo. Nuevos gags para una historia conocida.
El cine de animación es, desde hace ya varios años, uno de los lugares donde la taquilla estalla año tras año, produciendo éxitos enormes que se siguen multiplicando por todo el mundo. Madagascar forma parte de una de esas series de animación que se han convertido en las favoritas del público.
Aquellos animales del zoológico de New York que terminan en verdadera tierra salvaje africana, conformaban una clásica comedia de “gente” de ciudad llevada a un universo hostil, peligroso y, en muchos casos, cómico. Alex (Ben Stiller), Marty (Chris Rock), Melman (David Schwimmer) y Jada Pinkett Smith (Gloria) conformaban un cuarteto ideal para la comedia.
El primer film, recibido con críticas dispares, se estrenó en 2005 y el segundo en 2008. Gracias al 3D, casi todas las sagas que no tenían más cuerda regresan para una nueva oportunidad y, taquilla mediante, tal vez una cuarta.
En Madagascar 3, no hay absolutamente nada nuevo bajo el sol, aun cuando las aventuras se trasladen a Europa y las locaciones (animadas, claro) ofrezcan un fondo distinto para las aventuras de los personajes. Cada país incluye sus propios clichés, tal vez ofensivos si alguien se los tomara en serio, y a través de las aventuras en un circo y esos recorridos por ciudades es que se sirven todos los gags posibles.
El ritmo alocado y demencial que toda la serie se repite pero, al igual que en los films anteriores, los chistes son bastantes mediocres y obvios. Hasta los pingüinos, inquietantes y verdaderamente chiflados, ya se han convertido en algo previsible.
Aquellos que deseen repetir la experiencia de los films anteriores, encontrarán algo bastante parecido. Incluso, alguna escena más arriesgada al comienzo y un universo visual más rico y renovado también les producirá placer. No hay muchas cosas realmente malas en la película, pero definitivamente no hay nada para destacar como verdaderamente bueno.
Cómo siempre en estos casos, son los personajes nuevos los que captarán la mayor atención. Esta vez la policía francesa malvada (con la voz de Frances McDormand en el original) es posiblemente el gran hallazgo en ese sentido. Nada más.
Canciones hay, colores hay, chistes tontos hay. Si eso puede conformar a alguien, no saldrá defraudado, ahora si se busca un buen film animación con algo más allá de la superficie, Madagascar 3 no es la película adecuada.