No sos vos, somos todos
Harvey Keitel, Toni Collette y Rossy de Palma despuntan en Madame (2017), salada y dulce comedia que aborda el tema de la superficialidad con una humorada capaz de hacer reír o llorar con la misma facilidad.
La chica Almodóvar lo hizo otra vez, se gana al espectador a través de un cariñoso personaje no convencional. Interpreta a María, la sirvienta de una acaudalada pareja interpretada por Harvey Keitel y Toni Collette. Por puro sentido cabulero y debido a la intromisión de su hijastro, la mujer de la casa decide espantar el numero trece y agregar un cubierto más a la mesa donde se producirá una burgués reunión.
Quien ocupa el inesperado lugar catorce es María, de la cual nadie sabrá su verdadera identidad. Al mismo tiempo, caerá como café cortado en el adinerado grupo. El punto disruptivo del guion se nos presenta cuando alguien se enamora de ella. Ahora entonces descubriremos que cada uno en esta triple delantera de lujo protagónica, esconde algo en su vida. Un medico y una traductora francesa son el escondite de la señora y el señor de la mansión.
Los inentendibles celos de Anne (Collette) hacia su criada y el desinterés de Bob (Keitel) por su matrimonio, son el combustible de María para continuar adelante con la inesperada relación, que, tanto en el interior del espectador como en el de ella, sabremos que una palabra extra hará tambalear el castillo de naipes creado accidentalmente por la millonaria mujer.
En esta película dirigida por Amanda Sthers, todos se tomarán casi como un juego, algo lúdico, el aparentar ser alguien. Lo que le quedará al espectador como subtexto-entrelineas será esa sensación de que lo superfluo no es algo que se pueda manipular, y, aunque pueda tener encanto por un rato (como el momento donde vemos a la criada y su amante cenando en un lujoso restaurant mientras es vigilada por el matrimonio desde un auto y comiendo hamburguesas) al final, termina haciendo daño.