Madraza: Blaxploitation Nac & Pop.
La ópera prima de Hernán Aguilar es un entretenimiento puramente cinéfilo, con pinceladas de crítica social.
Si te acercás al cine a ver Madraza tenés que tener en cuenta es mucho más que una “comedia negra de acción”. Se nota que Hernán Aguilar bebió del cine Clase B de los 70 del que tanto hace escuela Quentin Tarantino en esta época. Otro gran ejemplo de la gran obra cinematográfica que es Madraza, es que lo que sucede en la hora y media de metraje fluye con tanta naturalidad que en un momento podés estar reflexionando sobre los dilemas morales de la venganza y el asesinato, y en el otro, disfrutando como Matilde (Loren Acuña) asesina casi “por accidente” a un dealer de droga.
Decir “por accidente” es casi ingenuo, ya que desde el primer fotograma Matilde es capaz de matar a una mosca, contrariamente a lo que piensa (y dice, literalmente) en un primer momento el magnífico detective de policía interpretado por Gustavo Garzón. La rutina, la represión patriarcal, la sociedad, todo eso que tantas veces nos hace estallar en una puteada, logra que Matilde lo canalice a través de sus trabajos de sicaria a sueldo.
Así el drama, la comedia negra y la acción fluyen tan naturalmente al son de una banda sonora, para este humilde servidor bastante funcional pero que de otro tipo de género le hubiese aportado más épica. La fotografía, las tomas en cámara lenta y los FX hacen de esta producción un deleite visual muy pocas veces visto.
En el apartado actoral tanto Sofia Gala como Chunchuna Villafañe (¿Viva?) y el siempre gran Osmar Nuñez se mueven como si sus personajes fuesen la otra personalidad de sus vidas. Pero quiero detenerme en Gustavo Garzón y Loren Acuña, los enormes protagonistas de esta historia “de amor y de espanto”: La dupla es magnifica y se siente una química tan particular que nos hace recordar a esa extraña relación que tenían Robert Forster y Pam Grier en “Jackie Brown (1997)”. Y no es casual que nombre en esta review al film menos personal de Tarantino, pero que homenajea a uno de los géneros que más amó: el Blaxploitation. Este género de cine Clase B fue muy popular en los 70’s, donde se intentaba contar la vida en los ghettos y como los afroamericanos sobrevivían con su situación social.
Con el correr del tiempo este sub-género fue mutando, convirtiendo a los hombres y mujeres negros en héroes de acción, cuya figura icónica sin lugar a dudas fue Pam Grier y su “Foxy Brown (1974)”. Por esto, no creo casual tampoco que Aguilar haya elegido a Loren Acuña para protagonizar este film: la sensualidad (y la cabellera) podrían fácilmente confundirse con la impronta que dejó Grier al blaxploitation, y uno de los mejores ejemplos es cuando el personaje de Acuña finalmente se ve con su determinación final, en su transformación absoluta en esa Femme Fatale y vengadora, mujer de acción al que el encargado de la cámara decide hacerle una toma contínua a sus botas de cuero negra, para luego subir y descubrir a esa Madraza cambiada para siempre por las circunstancias que la hicieron víctima, pero también victimaria.