Matilde es una mujerona del conurbano que no ha tenido una vida fácil. La muerte violenta de su marido la deja sola, y encima con la noticia de que el difunto la engañaba. Por si fuera poco, el policía a cargo (Gustavo Garzón, divertidísimo) le recita Neruda apenas la ve e intenta seducirla sin miramientos ni freno. Amenazada, aterrorizada, la madraza de "la Vani" (Sofía Gala), hija de una adicta que no pudo criarla termina matando, y así, transformándose en la asesina gozosa del póster"tarantinesco" de la película. Opera prima de Hernán Aguilar, Madraza tiene la impertinencia de meterse en un territorio poco explorado en el cine argentino, el de la comedia negra, y sus apuntes sociales, presentes en toda su dureza pero también tratados con desparpajo y bienvenida naturalidad, lo acerca también al cine de un Campusano, una rara cruza entonces, tanto de parentescos posibles como de géneros. La paraguaya Loren Acuña, aún con su raro acento argentino, es una presencia arrolladora en cámara. Su personaje evoluciona -adelgaza, gana en coraje y confianza- mientras se profesionaliza en el sicariato, y la relación con el detective enamorado suma ambiguedades, sospecha y matices que hacen al suspenso del asunto. Aguilar sabe también aprovechar y sacar partido de su buen elenco, parejo en personajes con tremenda personalidad, para nada menores. Divertida y fresca, esta Madraza da la bienvenida a una heroína distinta.