Film nacional negro que regocija al público
Regocijo puro. Eso es lo que provoca esta originalísima comedia de humor negro, acción intensa y reivindicación femenina, que su autor anuncia como "una fábula de crecimiento personal". Así es, su personaje crece y mejora a medida que disminuye la cantidad de habitantes. Tal como anuncia la publicidad, en su lista de provisiones figuran tomates, huevos, y balas. También son muy útiles las garrafas de gas y los muslos fuertes. Ella es una mujer de barrio que por esas cuestiones de la inseguridad se ve repentinamente viuda, amenazada y sin plata. ¿Estamos ante un drama realista de denuncia social? No. Acá hay mucho realismo en el ambiente, los modales y los diálogos, y hay denuncias de varias clases, pero el tono elegido es regocijante. La viuda encuentra un trabajo muy redituable y saludable (salvo para sus víctimas), mejora de aspecto, de ánimo, de autoestima, de electrodomésticos y de puntería. Y hasta tiene un galán que le arrastra el ala, un detective de la bonaerense que le recita versos de Neruda.
Gustavo Garzón es el galán de doble intención. Osmar Núñez, el comisario nada romántico. A la par, Sofía Gala, Chunchuna Villafañe, Mónica Ayos. Y al frente, Loren Acuña, que viene remando desde hace tiempo y al fin tiene su primer protagónico, que aprovecha a pleno con un personaje inolvidable. Toda una revelación, igual que el director Hernán Aguilar, debutante con buena experiencia en varios rubros y mucho sentido del humor. A tener en cuenta: esto se hizo como un film independiente, nacional y bizarro, lo vieron de casualidad unos ejecutivos, y ya tiene distribución internacional de Disney. Lo que se dice, un balazo.