¡madre! Una experiencia difícil de digerir, contundente, intensa y surreal.
Había leído por ahí que ¡madre! era un film para amar u odiar, o ni siquiera, en realidad sabía que había generado controversia, fui al cine como me gusta ir, despojada de información, sin tener idea de lo que iba a ver, y quedé conmovida, invadida y agobiada. Knock Out.
Es bastante complejo contar la película de manera sencilla, o más bien siento que si deslizo una pequeña sinopsis, estaría hablando de otra cosa, no de ¡madre! porque a simple vista vemos una pareja en crisis. Él (Javier Bardem), un poeta con un bloqueo mental, el cual no le permite escribir nuevo material; y ella (Jennifer Lawrence), una compañera que se la pasa arreglando la casona donde viven. Ellos en su quietud y monotonía, reciben a otra pareja (Ed Harris y Michelle Pfeiffer), que irrumpen de la nada y terminan hospedándose en el hogar.
Eso es lo que vemos, nos desconcierta porque los invitados actúan raro. Al principio, uno piensa “qué desubicados!” y luego ya nos incomodan, nos sacan de quicio.
¡madre! es el más reciente film del director Darren Aronofsky (El Cisne Negro, Requiem para un sueño). Su mente brillante hizo esta película metafórica, brutal y asfixiante. Un film diferente, no van a ver algo así muy fácilmente. No es una película para pasar el rato, ni para disfrutar con unos pochoclos. Salí del cine con el estómago revuelto, asqueada, afectada.
¡madre! es un viaje onírico, en donde a primera vista la historia que vemos, no es y tampoco tiene explicación. Terminó y la odié. Terminó y no entendí nada. Luego, el día continuó con otras actividades, pero las imágenes de la película invadían mi mente y allí le fui encontrando un sentido. Rebobiné en mi cabeza y encontré pistas que me hicieron ver otra faceta de la película, una posible explicación, que es fantástica, pero prefiero no revelar porque la convertiría en un gran spoiler.
El film está lleno de metáforas, referencias bíblicas, puedo mencionar sin considerarlo un spoiler.
Pocos films pueden generar tantas sensaciones. Vemos todo desde el punto de vista de Jennifer Lawrence, somos sus ojos, pero también vemos su rostro en primer plano. Todo el tiempo estamos en sus pies. Somos ¡madre!. Y es asfixiante, intolerable.
Sentí ganas de que termine en cuanto la película llegó a su primera parte. Y es que en cierta forma hay dos partes. Y si bien la primera genera suspenso, intriga y confusión, porque no sabemos para donde va, y eso molesta, la segunda se torna un poco lenta y sobre todo muy grotesca e impactante. Visualmente intolerable.
El trabajo de Jennifer Lawrence es impecable. Esa mujer pasa por todos los estados, la quietud del inicio se transforma en furia. Un in crescendo que la hace estallar hacia el final. Wow! Lawrence es un bestia y punto.
En síntesis, ¡madre! es el óleo de un apocalipsis, una tierra que se destruye, en donde no hay peor cosa en este planeta que el ser humano y su egoísmo, maltrato, desamor y brutalidad.
Terminé de ver el film agotada, cuál Jennifer Lawrence. Sí, fuimos ¡madre! y menos mal que no fue una experiencia en 3D!