DE ESTAFADORAS Y DE ESTAFADAS
Chris Addison nos presenta una comedia en la que los engaños y la credibilidad son el eje en cuestión. Maestras del engaño es una remake de Dos pícaros sinvergüenzas, pero en versión femenina. Anne Hathaway y Rebel Wilson son las protagonistas de esta serie de disparatadas trampas.
Ya en el comienzo el film presenta una animación con un estilo que recuerda mucho a El show de la Pantera Rosa (1969). En especial al capítulo Rosa es rosa en el que el pintor peleaba con la pantera disputándose el espacio, el color azul contra el rosa. Luchaban de forma estratégica, haciendo de la imaginación y la astucia su arma, creando trampas para deshacerse del otro. Esta pequeña introducción es el espíritu que tendrá toda la película. No importa tanto la historia en sí, si no los cómicos momentos que las protagonistas llevan a cabo.
Maestras del engaño presenta la disputa de estas dos estafadoras por tomar posesión de una zona de Francia para ejercer su actividad. Aunque la mayoría del tiempo estarán enfrentadas, por momentos, también lo harán en dúo. Las protagonistas exploran la aventura de las engañadoras engañadas. Pero nunca se llega a un clima de tensión, saben reírse de sus desaciertos y de la buena pelea de su contrincante.
La película se construye de una gran cantidad de momentos cómicos. No hay gloriosas hazañas de intelecto. Aparecen pequeñas emboscadas, pero triunfan los momentos absurdos que se construyen con ciertas estafas y presentan un clima de comicidad que funciona a la perfección.
En un principio parecen cumplirse varios clichés. La oposición de características distintivas entre los protagonistas y su disputa es un elemento típico de películas del estilo, al igual que priorizar al género por sobre lo demás, en este caso el femenino. Pero los personajes no son iguales durante todo el film. A medida que avanza, ambas van mutando y se desmarcan de su etiqueta.
Cada una de las actrices explota sus características. Es sabida la gran capacidad de Anne Hathaway para el drama, ya lo mostró en Los miserables. Aquí esta aptitud es utilizada para mostrar su ductilidad a la hora del engaño. Rebel Wilson también sabe oscilar entre la niña angelical y la desquiciada, características que ya se han visto en otros personajes pero que no deja de gustar.
Es claro que Maestras del engaño no se queda afuera de los debates del feminismo actual. Son justamente las protagonistas quienes reconocen que pertenecen a un género que históricamente fue subestimado o relegado a ciertas tareas. Y canalizan los estereotipos para poder llevar a cabo sus engaños. A ellas, luego, se les suma la actuación de Alex Sharp, quien le da un giro a la película y muestra grandes habilidades actorales.