De vuelta al negocio de la seducción
Sin Steven Soderbergh detrás de cámaras, la película adquiere un tono de "road-movie" y se sostiene con las situaciones que enfrenta el grupo de strippers hasta su actuación final.
En 2012 Steven Soderbergh estrenaba Magic Mike, la historia de un obrero de la construcción que veìa más dinero en el negocio del strip-tease que en su trabajo, mientras tenía un protegido y lidiaba con una actividad que despierta suspiros y deja jugosas propinas.
En esta coninuación, el director Gregory Jacobs -La nueva gran estafa- continúa con la historia de Mike -Channing Tatum-, quien se convirtió en su propio jefe y recbe ahora un llamado de sus antiguos compañeros. Lo que sigue será una suerte de "road -movie" muy similar al tono de la exitosa trilogía ¿Qué pasó ayer? con equivocaciones y con el arte del desnudo como fondo.
Los conflictos personales afloran durante una travesía accidentada y el grupo de los cinco sigue su marcha hasta un escenario donde desplegarán sus coreografías eróticas y seductoras para deleite de las chicas que los observan. Los regresos de Tatum -visto en Foxcatcher- y de Reid Carolin, guionista de la primera, suman puntos a un entretenido producto que espía las reacciones femeninas desmedidas ante la presencia de hombres que se contorsionan como en un acto sexual.
El relato acumula y abre los estereotipos de sus personajes: Joe Manganiello, como el dotado que no puede encontrar su media naranja; Tarzán -Kevin Nash- el más adulto y gigante; elchofer -Gabriel Iglesias-; el que aplica reiki -Matt Bomer- y el latino Tito -Adam Rodríguez-, con papeles reservados también para Jada Pinkett Smith, la seductora Amber Heard y una reaparecida Andie MacDowell. Y, aunque no estén en esta secuela, también sobrevuelan los nombres de Dallas -Matthew McConaughey- y el novato Adam -Alex Pettyfer-.
Esta versión Extra Large está un escalón por debajo de la anterior pero entretiene con buenos recursos y abre el abanico de una historia que no se contenta sólo con mostrar los cuerpos masculinos en acción, sino los problemas que también afrontan en esa colorida travesía entre escenarios y pistas llenas de billetes.