Y aquí estamos, ante un híbrido raro, muy raro, en el que se prefirió narrar la historia del stripper Mike (Channing Tatum) desde el lugar que Steven Soderbergh no quiso en la primera entrega.
Es que Gregory Jacobs en “Magic Mike XXL” (USA, 2015) no sabe por dónde comenzar la historia, y si bien en el arranque nos muestra a un Mike alejado de los “caños” y concentrado en su negocio de muebles, rápidamente cambia esa idea para sumarlo a un “alocado” viaje por Estados Unidos en busca de un lugar en la convención anual de Strippers, a la que acudirán convencidos de poder conseguir un “tsunami” de dólares.
Y si bien en un primer momento el guión deja en claro la comprometida situación financiera en la que Mike se encuentra, luego no llegamos a comprender bien cómo de un momento para el otro decide volver al ruedo, más allá también del desengaño amoroso que tuvo.
Así las cosas, “Magic Mike” será una road movie en la que el grupo de strippers, del original quedan sólo Joe Manganiello (“Big Dick Richie”), Kevin Nash (“Tarzán”) y Matt Boomer (“Ken”), a los que se sumarán a lo largo del viaje otros para conformar un equipo sólido y con nuevas rutinas para encantar a las mujeres, caerá rendido ante los deseos de las mujeres con las que se toparán y se entregarán a los excesos.
Pero claro está que las dificultades y obstáculos estarán a la orden del día, por lo que Mike y compañía deberán acudir a ex compañeros, amigos, amantes, exparejas, para poder llegar a tiempo a destino y cumplir con el objetivo.
Mientras en la primera película de Mike se mostraba mucho más como un fresco sobre la actividad nocturna de los bailarines, que tomaba distancia de muchos prejuicios y lugares comunes con los que siempre se ha construido desde la pantalla grande el verosímil e imaginario sobre éstos, “Magic Mike XXL” explora el costado más superficial de los bailarines, enfocándose en las miserias que alrededor de la actividad se construyen a diario y mostrándolos mucho más superficialmente y sin siquiera detenerse en el verdadero motor que los hace dirigirse hacia la meta.
La mano de Soderbergh, y el talento con el que nos tiene acostumbrados a urdir narraciones contemplativas con diálogos mordaces, llega a extrañarse tanto en esta entrega que ni siquiera la ingeniosa incorporación de Andie Mc Dowell como una potentada ama de casa sureña que recibe al grupo de strippers en una de las paradas logísticas hacia la convención hacen superar el tedio que hasta el momento se va acumulando.
Hay más baile, coreografías extensas y estudiadas, con claras referencias a la cultura pop, como ese Mike en los inicios del filme bailando con su máscara de soldar a lo “Flashdance”, pero que no terminan por cerrar una propuesta que supo brillar en su anterior capítulo y que ahora se preocupa mucho más por el “envase” que por la historia (al revés de la entrega pasada).
“Magic Mike XXL” encontrará en el público femenino a sus espectadores ideales, y esto sin querer estigmatizar la propuesta, todo lo contrario, la afirmación es porque Jacobs decide hacer borrón y cuenta nueva con los personajes y la historia, pero es una lástima que el resultado, al menos en esta oportunidad, da negativo.