Adrián Caetano se ha ganado un nombre en la industria cinematográfica argentina. Desde su primera película que supo llamar la atención, y consiguió su mayor reconocimiento con "Crónicas de una fuga". Tras una polémica que no viene al caso, el realizador regresa con una película con rostro femenino: "Mala". A simple vista, recuerda bastante al exitoso "Mujeres Asesinas".
Sin embargo, hace varios años que Caetano tenía este proyecto en su mente, pero dice que fue Natalia Oreiro quien lo instó a seguir adelante y escribir el guión de un film que incluso iba a ser protagonizado por ella (con quien ya había trabajado en "Francia").
Cuando Natalia Oreiro quedó embarazada y se bajó del proyecto, el personaje que iba a interpretar ella, el de Rosario, la asesina que es contratada para matar a hombres, pasó a estar repartido en cuatro actrices, tomando la delantera Florencia Raggi. Esta decisión parece azarosa, y no sirve más que como excusa para ver mayor variedad de rostros femeninos.
Brenda Gandini, Liz Solari y Maria Dupláa son las otras caras de esta asesina. Rafael Ferro es su próxima víctima, a quien Ana Celentano encarga que se lo mate "lentamente", y Juana Viale, es su joven mujer embarazada, una mujer con ilusiones y mucha inocencia. El personaje interpretado por Ana Celentano, una mujer en silla de ruedas y resentida, saca de la cárcel a Rosario (Florencia Raggi, en su mayor parte) para que haga ese trabajo.
Si bien muchos de los nombres que acabo de mencionar, en general me provocan mucho miedo a la hora de ver actuar (Gandini, Solari y sobretodo Viale), en esta película debo confesar que me sorprendieron.
Aún así, las actuaciones es de lo poco rescatable de un film innecesariamente rebuscado. Cuesta creer que sea una película de Caetano, se percibe más amateur, incluso desde el montaje (con ideas que parten seguramente desde el guión). La película no termina de decidir un tono (¿es un melodrama sangriento, como asegura su director? ¿una película clase B? ¿un drama negro? Por momentos es demasiado seria para considerarla intencionalmente bizarra), ni tampoco una postura (parece ser muy feminista, pero acá las mujeres son "malas" y si uno logra sentir algo de empatía por un personaje es por el masculino).
"Había una vez en un mundo sin amor", es lo primero que nos dicen, y al introducirnos un nuevo mundo, se le puede permitir que una misma persona tenga diferentes rostros. El problema es que a grandes rasgos, la película queda en un intento fallido, si bien su director asegura que es su forma de volver a los orígenes, y hacerlo desde una mirada mucho más personal. No termina de construir este mundo, así como tampoco termina de definir a sus personajes, les falta cuerpo. Y más allá de alguna escena interesante (puedo confesar que me gusta la de Liz Solari, casi al comienzo), la película se torna aburrida con un final "gracioso" que nos vuelve a cuestionar qué es lo que estamos viendo.