Mala

Crítica de Nuria Silva - A Sala Llena

1. Leonas. La similitud entre los afiches de Mala (Caetano) y los de Kill Bill (Tarantino) no es fortuita. Tampoco lo son las escenas de la primera que ineludiblemente la vinculan a la segunda. La película de Adrián Israel Caetano bebe de la de Tarantino mucho más allá de su espíritu clase B exploitation y trash, aunque una sea de verdadera baja producción y la otra un homenaje a ese tipo de cinematografía, con un andamiaje mucho más fuerte detrás. La raíz que da pie a la sangrienta ola de asesinatos, en una y otra, es la misma: una madre ante la pérdida de su hijo. Caetano utiliza cuatro actrices para interpretar a Rosario, bastante distintas entre sí. La principal está representada por Florencia Raggi, la más hembrona de todas, morocha de una sensualidad amazónica, avatar encargado de perpetrar los actos violentos que requieran una fuerza física mayor. María Duplaá y Liz Solari, bellezas mucho más plácidas, figuran el perfil intelectual y estratégico de Rosario (una es veterinaria, la otra policía), y cada una de estas características es concordante con el trabajo que deben realizar. Brenda Gandini es la madre original, la fuerza emocional, de quien se desprenden las otras personalidades, como si de un trastorno de identidad disociativo se tratara, cuadro manifestado en la escena de masturbación espejada y tripartita, y en el caleidoscopio que encierra su imagen íntegra: la familia, el hijo vivo...