Manuel Rico es viudo y vive con sus tres hijos: Javi, Bárbara y Charly, en la mansión familiar ubicada en Bogotá. Manuel ha consentido demasiado a sus hijos para compensar la ausencia de su madre pero también ha sido un padre un tanto ausente por sus obligaciones profesionales. Desbordado por los disgustos de haber criado a tres vagos irresponsables, Manuel sufre un infarto. Entonces, todo cambia. Su empresa ha sido denunciada por estafa y todos los bienes embargados, lo que obliga a sus malcriados hijos a ocultarse en una vieja casa destartalada en el barrio Las Nieves, y como si fuera poco, hacer lo que nunca se imaginaron: trabajar por primera vez.