Roque Waterfall no se dedica a nada. No se dedica, a secas, como él mismo se encarga de aclarar. Es que este treintañero, que vive de una renta familiar en el Barrio Parque Los Andes, en Chacarita, no parece tener más preocupaciones que grabar los partidos de Atlanta en una videocassetera, leer el diario en un bar mientras se toma un vermouth o salir a dar vueltas en auto con su amigo Harry.