Salí de sala, pensando en cómo alguna tendencias iban cambiando en el cine familiar. Disney viene reformulando los lazos amorosos clásicos, planos (si me permiten definirlos así), previsibles, por relaciones más complejas, con centro en las parentales, llenas de grises y pasiones encontradas. Supongo que es aggionarnarse a los tiempos que corren: reflejan no sólo el avance de la mujer en todos los campos, ( líder y protagonista casi absoluta en algunos relatos -por ejemplo, "Valiente", "Frozen") sino también un relegamiento de los roles masculinos, con pocos príncipes que toman vuelo o cautivan audiencias masivas. Cuanto menos, llamativo pero seguramente, signo de los tiempos.
En esta oportunidad, la tradicional compañía se propone una reinterpretación de "La Bella Durmiente", donde los elementos reconocibles siguen estando (la maldición, las haditas, la rueda de la máquina de coser, etc) pero presentados de otra forma y configurando un escenario distinto, menos simple, más sombrío y definitivamente, más interesante que lo que conocimos hace tiempo.
Comenzamos nuestra aventura con una voz en off que nos indica que en la tierra, hay dos países / territorios enfrentados a muerte. El primero está integrado por humanos, y el segundo, por seres mágicos, liderados por una joven hada de increíbles alas y poderes, llamada Maléfica.
Cierto día, un niño llega al bosque donde ella mora, para robar piedras preciosas. Al ser capturado, comienza a charlar con la protectora de dicho lugar, y descubre que más allá de su apariencia, las diferencias no son tantas a la hora del intercambio. Es así que Stefan, comienza una larga amistad con Maléfica, que deviene en una especie de romance extraño, con el correr de los años.
La antinomia entre los dos lugares termina en otra batalla, y es ahí donde el rey local, derrotado, ofrece una jugosa recompensa, quien debilite o destruya a Maléfica, será el nuevo heredero del trono.
Así es cómo la reina del "Páramo" (el territorio encantado) va a ser traicionada por su amigo, quien luego de debilitar su poder (no anticiparemos cómo), se convertirá en el nuevo monarca del reino rival, lo cual llevará a una situación donde el odio se profundizará en la piel de la mujer.
Ya sabemos que las reglas serán respetadas en referencia a la historia original, por lo que años más tarde terminará todo en el episodio ya conocido, en el cual Maléfica se presenta en el bautismo de Aurora (hija de Stefan, quien fuera quien la lastimó a todo nivel) y lanza el conjuro que llevará a la joven a vivir la espera de la tragedia, cuando cumpla sus dieciséis años.
Del resto, sólo podemos decir que no esperen un seguimiento lineal o una versión amable para los más chicos, sino un relato donde hay odio, sed de venganza y también, emociones encontradas. Nada es blanco ni negro y la historia encierra más sorpresas de la que anticipables...
Robert Stromberg es el hombre detrás de las cámaras, que trabajara en efectos visuales en casi un centenar de films y premiado con el Oscar por "Avatar" y "Alice in Wonerland" en la dirección de arte (las influencias de estas cintas están muy presentes en "Maleficent") y en este, su primer largo como responsable final, se luce en la parte técnica, como es esperable.
En realidad, debuta (ópera prima) en la dirección con un relato difícil de abordar, una villana que elige el camino del enfrentamiento y el mal, sólo por haber sido herida, y no por encontrarse ese sentimiento en su naturaleza. Ese marco permite que Angelina Jolie no sigua los cánones de los villanos clásicos y pueda dotar a su personaje de una fuerza que subyuga cada escena donde aparece. Sale airosa, pero aún así el balance de la propuesta no luce balanceado...
Porque quizás ese sea el eslabón más débil del film: la suerte del film está confiada íntegramente a la mujer de Brad Pitt. Ninguno de los secundarios logra desarrollar interés en la audiencia (lo que hicieron con la caicaturización de las haditas es cuanto menos, discutible) y tampoco Elle Fanning (Aurora) lleva siquiera algo del peso de la trama (luce hasta desorientada, en cada aparición). El guión fue hecho a la medida de Jolie, y eso, lejos de brindar el soporte necesario para el despliegue del resto, sólo nos conecta con una sola vía, que es, el proceso interno que hace Maléfica para elaborar y autoevaluar sus acciones.
De difícil llegada al público infantil, y con una visión más madura del conflicto que presenta, Disney se juega a instalar más personajes femeninos fuertes y potenciar sus contradicciones en escenarios menos inocentes y definitivamente más complejos. Aceptable búsqueda, habrá que ver entonces, cómo reacciona la audiencia familiar ante esos cambios.