Alguien más está en mi cuerpo
“Maligno” (The Prodigy, 2019) es una película de terror sobrenatural dirigida por Nicholas McCarthy y escrita por Jeff Buhler. Coproducida entre Estados Unidos y Canadá, el reparto está compuesto por Jackson Robert Scott (IT), Taylor Schilling (Orange Is The New Black, Cuando Te Encuentre), Peter Mooney, Paula Boudreau, Brittany Allen, Colm Feore, Paul Fauteux, entre otros.
El 22 de agosto de 2010, en Pensilvania, Sarah (Taylor Schilling) y John (Peter Mooney) se convierten en padres primerizos con la llegada del pequeño Miles (Jackson Robert Scott). Para su sorpresa, ya desde bebé Miles presenta signos de ser un niño especial (sus primeras palabras las dice mucho antes de cumplir un año) y resulta notorio que su inteligencia es superior, por lo que Sarah considera la opción de inscribirlo en preescolar aunque aún no tenga la edad correspondiente. Luego de ocho años, el comportamiento de Miles por lapsos de tiempo cambia rotundamente, convirtiéndolo en un chico violento, serio y que con solo su presencia infunde miedo. Preocupada por la situación, Sarah acudirá a un especialista que llegará a la conclusión de que una persona fallecida quiere habitar por completo el cuerpo de Miles y, si no se descubre cuál es el objetivo por el que el muerto decidió volver, Miles desaparecerá completamente.
Estamos ante un filme de horror que sí vale la pena ver, en especial por la gran actuación del joven Jackson Robert Scott. El Georgie adorable con el que nos encariñamos en It (2017) aquí desaparece para dar lugar a un nene que es mejor perderlo que encontrarlo. Sin saber cómo puede llegar a reaccionar ante determinadas situaciones, Miles tiene variadas escenas en las que nos logra asustar ya sea por su fija mirada, por su cruel carácter o por el tono inocente que utiliza al hablar.
Por otro lado, Taylor Schilling tiene un papel interesante al encarnar a una madre que está frente a un dilema: proteger y confiar en su hijo pase lo que pase o deshacerse de él por considerarlo peligroso para el entorno familiar y social. La relación entre el niño y Sarah resulta de lo más atractivo, a la vez que el misterio que engloba el cuerpo de Miles nos hace querer seguir viendo la película hasta el final. Esto sucede gracias a que en esta producción no hay espíritus, fantasmas ni entidades, sino que alguien que existió en el pasado quiere reencarnar en ese cuerpo debido a que aún le queda una tarea por realizar en la Tierra.
Aunque “Maligno” cuente con algunos clichés y un desenlace que no le hace justicia a lo construido previamente, su atmósfera e interpretaciones lo convierten en una buena opción para los que les gusta asustarse en la oscuridad de una sala de cine. Dos personas conviviendo en un mismo lugar podría haber salido muy mal, sin embargo este no es el caso y Jackson Robert Scott se adueña casi a la perfección de su papel, generando aún más ganas de verlo actuar en otras películas del género.