Malka, una chica de la Zwi Migdal, ópera prima de Walter Tejblum, rescata la historia de un personaje poco conocido en la comunidad judía argentina, Malka Abraham.
La Polaca
Malka Abraham era una judía polaca que fue traída a la Argentina en la década del 30 por la Zwi Migdal, una organización de polacos que traía mujeres de Europa a Buenos Aires y las obligaba a prostituirse (dicho más corto, una organización de trata de personas). Afortunadamente, logró escaparse de la Zwi Migdal y se estableció en Tucumán. Allí se desempeñó como prostituta, lo que causó que nunca fuera del todo aceptada en la comunidad judía. Con los años, Malka cosechó una gran fortuna que decidió donar a la comunidad judía de Tucumán, a cambio de ser enterrada en el cementerio judío. Walter Tejblum viaja a Tucumán para investigar sobre la historia de vida de Malka, de la que se sabe muy poco, y cuestiona la postura de la comunidad judía en esa época.
Un documental de gente que no mira documentales
Es una desilusión tremenda que de una historia interesante y repleta de misterio se haya hecho un documental tan flojo. Las formas dejan mucho que desear, me da la impresión de que es un documental que está hecho por personas que no miran documentales. Malka aburre, es poco clara a la hora de plantear la información y desaprovecha lo interesante del personaje y los hechos históricos. Tampoco me parece un acierto que Walter Tejblum tenga tanta presencia delante de la cámara. Está bien, es una película sobre su búsqueda de la historia de Malka Abraham, pero aporta poco y nada verlo hacer llamados telefónicos y hablar con los comerciantes de un mercado, por citar un ejemplo. Se vuelve muy autorreferencial y no se sostiene para nada, porque no es su historia la que se está contando y tampoco él tiene una relación particular con el personaje histórico (a diferencia de La chica del sur, donde tiene muchísimo sentido la presencia de José Luis García en su propio documental).
Otro aspecto que quizá parezca un detalle, pero que a mi parecer tiene mucha importancia en películas independientes, es el poster de la película. Si estoy en el Gaumont decidiendo qué película mirar y veo este poster (sin saber de qué trata Malka), automáticamente la descarto como opción.
Conclusión
Malka, una chica de la Zwi Migdal es un documental que no hace más que desaprovechar su contenido. Es muy poco interesante desde lo formal, no engancha al espectador y no parece tener mucho trabajo detrás. Es una propuesta válida para quien quiere conocer la historia de esta mujer, pero no tiene mucho más para ofrecer.