Como una fuerte autocrítica
De a poco, la autocrítica se ha vuelto una sana costumbre en la comunidad judía argentina. Aunque sería injusto reducir Malka, una chica de Zwi Migdal a esta tendencia, no podemos dejar de advertir el hecho, desde Jacobo Timerman a Shlomo Slutzky, que en Sin Punto y Aparte aborda entre otros temas el papel de los dirigentes argentinos durante la última dictadura.
Pero ésa es otra historia, acá nos ocupamos del documental de Walter Tejblum, quien comete algunos excesos propios de un Michael Moore de estas pampas, mientras desgrana su investigación sobre Malka. ¿Quién fue Malka? Una inmigrante que llegó a nuestro país en los años ‘20, traída por la tristemente célebre Zwi Migdal, la organización judía que explotó a miles de mujeres de su colectividad como prostitutas.
Tejblum sigue el camino de Malka, que lo lleva a Tucumán, donde muere asesinada el 21 de octubre de 1957. Con material de archivo y entrevistas a viejos referentes de la kehilá, Tejblum intenta develar un caso con connotaciones éticas y mucho misterio. Tres años antes de su muerte, Malka, que regenteaba prostíbulos tucumanos, llega a un acuerdo con los líderes de la comunidad. Les dejará todos sus bienes, y 4 millones de pesos de ahorros, si la sepultan en el cementerio judío.
¿Fue Malka parte de la Zwi Migdal? ¿Los fueron algunos de los miembros de aquélla comunidad? ¿Por qué no hay una sola placa con su nombre, siendo que les dejó una fortuna? Prostitución, prejuicios y un asesinato no resuelto en una historia tapada por la propia colectividad. “Por más que seas un transgresor eres parte de nuestro pueblo”, dice uno de los entrevistados. ¿Aplicable al caso de Malka sólo porque les dejó su dinero?