A veces la potencia del contenido de un documental supera las decisiones estéticas. “Malka, una chica de la Zwi Migdal” es un ejemplo. Walter Tejblum aclara con palabras, al comienzo, que estamos, ante todo, frente a la posibilidad de satisfacer la curiosidad. “Haciendo la cola para sacar el pasaporte polaco escuché de alguien la historia de su abuela que perteneció a la Zwi Migdal. Yo había escuchado hablar de esta organización de principios del siglo XX. Algo me inquietaba: judíos explotando a mujeres judías. Entre todas las historias me llamó la atención la de una chica llamada Malka.”
Estas frases sobreimpresas insertadas con imágenes de búsqueda de información (on line primero, con libros después) sirven como introducción para la composición de una suerte de personaje detectivesco que lleva a cabo, impulsado por la intriga, una investigación con punto de partida en Buenos Aires pero que, a lo largo de poco más de una hora, llegará al corazón de Tucumán, lugar en el cual se mantiene un secreto a voces entre la comunidad judía. Cuando se habla de la Zwi Migdal, pero en especial al mencionar a Malka. Sería cruel con el espectador revelar los pormenores de este camino, pues justamente es en el proceso de preguntas, reuniones y averiguaciones donde reside lo más jugoso de éste documental sobre un período nefasto en el cual la vida humana no valía demasiado.
“Malka, una chica de la Zwi Migdal” muestra con buen pulso narrativo varias aristas de una sociedad que todavía hoy baja la vista frente a la mirada que revisa el pasado turbio, como si fuera algo que debe morir sin ser revelado.
El espectador va cobrando una sensación de repudio al mismo tiempo que, en aras de contar una historia, va imaginando lo interesante que sería una ficción sobre este tema muy cercano al policial negro.
Walter Tejblum le quita solemnidad a la temática para poder abordarlo desde otro lugar más terrenal. Así, todo el contenido llega tan fácil como contundente. Puede que haya mucho más por conocer sobre el tema y que esto sea la punta del iceberg. Esta película es un gran comienzo.