Eficaz retrato de la gran familia argentina
Con cinco películas en los últimos seis años, Ariel Winograd ha logrado una continuidad y una solvencia inéditas dentro del siempre difícil género de la comedia en el cine argentino contemporáneo. Con Mamá se fue de viaje ocurre algo contradictorio: se trata de uno de los guiones más elementales y previsibles de su filmografía (él no escribe las historias), y sin embargo probablemente sea en la que más se luce como realizador.
Víctor y Vera están casados desde hace dos décadas y tienen cuatro hijos que van desde el adolescente Bruno hasta el bebe Lolo. Él (Diego Peretti) es un gerente workaholic de una cadena de grandes almacenes; ella (Carla Peterson), la abnegada ama de casa que se encarga de los mil y un detalles de la dinámica cotidiana. Cuando Vera decide irse unos días de viaje sola, Víctor cree que su "suplencia" será sencilla. Nada más lejos de la realidad.
Con la Nueva Comedia Americana y, por qué no, Los Simpson como principales referentes, Winograd acumula enredos familiares que ofrecen una tibia crítica al machismo reinante y extrañan un poco más de negrura (la excepción es la delirante secuencia del Family Day organizado por la corporación donde trabaja Víctor). De todas maneras, las sólidas actuaciones, la impecable producción y la ajustada puesta en escena hacen del film un entretenimiento tan efímero y superficial como decididamente eficaz.