Somos una familia feliz.
Resulta que la madre (Carla Peterson) está cansada de que la gente la vea más vieja de lo que realmente es. De hecho, ni sus cuatros hijos creen que su hermana mayor sea en verdad más vieja. Parece que la rutina de tener que cuidar y criar sola a 4 monstruillos ha echado a perder su aspecto juvenil. No es que no exista un padre (Diego Peretti), sino que éste trabaja todo el día y ha decidido limitarse a traer el dinero a casa. En una escena genial, la madre, en mitad de la cena, avisa a la familia que se irá de viaje 20 días a Machu Picchu. Pero, como el padre habla solo sobre los problemas del trabajo y los chicos pelean entre ellos, nadie la escucha. De todas maneras ella los da por avisados y se dispone a viajar. La familia pronto se da cuenta del caos que significará su ausencia ya que la madre se ocupa siempre de todo (hacer el desayuno, cambiar a los chicos, llevarlos a la escuela, lavar la ropa, ir a espeluznantes reuniones de madres y etc, etc, etc.). Entonces ahora el padre tendrá que contener una latente anarquía familiar. Los problemas van de un lavarropas que estalla por los aires, pasando por dejar a su hijo menor solo y encerrado en la casa, hasta lidiar con la primera menstruación de su hija. Para colmo, debe llevar a sus hijos a un día de recreación del trabajo para impresionar a su jefe deseando inocentemente que aquellos pequeños diablillos sean normales.
El fanático, o aquel que no sabe qué hacer los domingos y ve todo el día Telefé, enseguida notará que Mamá se Fue de Viaje está levemente inspirada en varios capítulos de Los Simpson: “Homero solo”, “$pringfield o cómo aprendí a amar el juego legalizado” y “Hogar, agridulce hogar”.
Quizás el lector sospeche que este artículo tiene algún espíritu de denuncia, pero, en cambio, se trata prácticamente de todo lo contrario. Esta película es fabulosa y divertida porque Ariel Winograd disfruta de Los Simpson como disfruta una buena parte de los argentinos. A lo mejor al tener que crear una familia disfuncional y graciosa resulte inevitable no hacerla un poco simpsoniana. Así que está muy bien tomar ideas de otros jardines y en particular del de los guionistas de Los Simpson, verdaderos amantes de las citas y del cine. Después se todo, de eso se trata el arte, de crear con lo ya conocido, crear con lo ya amado.