Una fórmula infalible.
Pensemos en alguno de los capítulos de Los Simpson donde, por alguna razón, la madre y ama de casa se ausenta varios días del núcleo familiar. De repente, se nos viene a la cabeza aquella popular vivienda de Springfield dada vuelta, los niños en pleno descontrol y Homero vestido con un peculiar traje de Halloween a falta de ropa limpia. Ya sea porque Marge debe pasar un periodo de tiempo tras las rejas, en el hospital debido a una fractura de pierna o porque se ha hecho adicta al juego, su más mínimo alejamiento trae aparejado un desastre colosal. Por supuesto, no hace falta recordar que estamos hablando de la familia disfuncional por excelencia. Pero ¿qué pasaría si replicásemos la misma situación con una familia clase media de la Ciudad de Buenos Aires? La respuesta, quizás, venga de la mano de lo nuevo de Ariel Winograd, un confeso fan tanto de la serie creada por Matt Groening como de la denominada Nueva Comedia Americana.
Víctor Garbo (Diego Peretti) trabaja en Recursos Humanos de una importante empresa de artículos para el hogar y lleva 20 años casado con Vera (Carla Peterson), una abogada que ha abandonado su profesión para dedicarse a las tareas domésticas. Ambos tienen cuatro hijos: Bruno, Lara, Tato y Lolo. Completamente extenuada de la rutina, Vera decide tomarse un merecido descanso y viajar unas semanas al caribe. Allí comienzan los problemas para Víctor.
El director Ariel Winograd (Cara de Queso; Vino para Robar; Permitidos) continúa demostrando ser uno de los máximos exponentes de la comedia argentina en la actualidad. El realismo y la emotividad de la comedia, adoptado de la escuela de Judd Apatow, representa la característica distintiva de sus historias. Los vínculos románticos, la inmadurez, la amistad y los personajes outsiders se vuelven tópicos claves para comprender este estilo de hacer humor. En el caso de Mamá se Fue de Viaje, la profundidad se corre un poco para dejar lugar a la exageración de eventos desafortunados in crescendo, una formula muy vista en los films hollywoodenses.
Diego Peretti, quien ya había actuado bajo la dirección de Winograd en la exitosa Sin Hijos (2015), se pone en la piel de este niño-adulto que necesita desesperadamente de una figura femenina que se haga cargo de la organización diaria. Víctor simboliza el estereotipo de hombre machista e hipócrita que no desea que su mujer trabaje fuera de la casa y que al mismo tiempo desmerece el esfuerzo realizado por ella en la crianza de los menores. Peretti logra hacer de un personaje retrógrado e imposible de empatizar con el público alguien que con tan solo un gesto se roba todas las sonrisas. Un actor que necesitamos ver más seguido en proyectos de comedia.
En el caso de los hijos, se trata de cuatro chicos sumamente dependientes cuyas edades van desde los 15 hasta los 2 años. El más pequeño, Lolo, que en la vida real es el hijo del director, constituyó todo un desafío para el equipo que fue superado ampliamente.
El film cuenta además con la participación de Martín Piroyansky, el actor fetiche del director, que personifica a un competitivo compañero de trabajo de Víctor. De más está decir que Piroyansky es uno de los humoristas más talentosos de su generación y siempre es agradable verlo, por más que aquí no se destaque.
En conclusión, Mamá Se Fue De Viaje es una película familiar, entretenida y un poco distinta a lo que el cineasta nos tenía acostumbrados. Con una historia bastante explotada por el universo cinematográfico yanqui, pero que a pesar de ello no deja de ser revitalizador si consideramos la génesis de la comedia nacional y algunos aspectos visuales muy prolijos que suele llevar el sello Winograd. Una propuesta efectiva y ágil para disfrutar en pantalla grande.