Mamá se fue de viaje: Papá tiene problemas.
La madre se va, los hijos quedan con el padre. El padre llora. Una premisa conocida pero con caras argentinas.
Lo interesante de adaptar clichés extranjeros (estadounidenses en el 80% de los casos) a proyectos nacionales son los más que interesantes cambios que la visión argenta puedan darle a lo que es un concepto ya conocido hace años. Pues bien, lamentablemente Mamá se fue de viaje tiene muy pocas cosas argentinas que agregarle al la ya familiar premisa de “Apa, parece que mamá era re importante para la familia”.
Diego Peretti es un padre que ocupa su tiempo mucho más en el trabajo que en su casa o con su familia, Carla Peterson decide tomarse unas vacaciones de las presiones domésticas. No creo que haga falta más trama, Peretti terminara tras esta experiencia siendo un “mejor padre” y la familia acabara un poco más unida que al principio.
Todos los proyectos del guionista y director Ariel Winograd (Cara de Queso, Vino Para Robar, Sin Hijos, Permitidos) funcionan residiendo en un mundo aparte del nuestro, y pueden justificar su tono mediante esta realidad levemente alterada. Esta vez, la propuesta es crear una comedia mucho más terrenal y, en algun punto relativamente realista… pero termina saliendole el tiro por la culata. Se busca encontrar la risa en actividades diarias de todas las familias, pero las situaciones no logran cautivar sin ceder ante la impronta de algo “re loco” (pero aún asi aburrido).
La cinta se siente como un rejunte de todas las minimas ideas que se les ocurrieron partiendo del concepto. Hablamos de un cineasta como Winograd que no solo no le hace asco al cliché genérico básico, sino que parece elegir esas ideas que a uno se le ocurren a la primera (y que luego descartaría) y usarlas como su principal arma para entretener. El padre no sabe usar el lavarropas, no sabe los horarios de los chicos… si se te ocurre en menos de dos minutos no tengas dudas de que esta en esta película. Todas las situaciones que propone resultan esteriles, completamente faltas de personalidad y gracia.
Los niños actores realizan la labor que pueden, pero parecen haber sido dirigidos buscando algo tan aburrido como resulta el guion. Peretti siempre logro buenos desempeños en proyectos con un lado comico, pero resulta imprescindible para él tener el soporte de un buen guion para trabajar. Todas las partes sobre su empresa terminaban siendo más disfrutables que el resto, quizas por dejar ir toda pretensión de realismo.
Pero no es ni la parte familiar, ni la laboral lo que concluye la historia. La relacion con sus hijos literalmente no cambia en nada en pantalla, solo mediante dialogos se dice que termina estando todo un poco mejor que antes, y obviamente en lo laboral no hay evolucion, solo cambio. Por eso entra en escena el personaje de la niñera, que termina actuando como un artificial (otro sinónimo para esta película) modo de desarrollar a nuestro protagonista.
Quizás la reseña se lea demasiado dura cuando se la compara a la valoración final, pero la realidad es que el trabajo de Ariel Winograd resulta uno de los más frustrantes para críticar. Ofrece cosas que lamentablemente nadie más pone sobre la mesa en la comedia nacional, pero este es ya su sexto largometraje y no parece que haya evolucionado en nada.
Si se busca algo para sacar a la familia de la casa, puede llegar a servir. Por todas las faltas que tiene, Mamá se fue de viaje resulta una alternativa que sobresale en el panorama nacional por la intencion del director Winograd de combinar la comedia con algo que no sea simplemente apuntar la camara a los actores mientras estos hablan. La camara se mueve y la música es utilizada con intencion, dos cosas que tristemente han llegado a ser raras incluso en los demás géneros, pero que especialmente en la comedia resultan más que bienvenidas.