Espectral, fantasmagórica
La huida de un hombre con sus dos pequeñas hijas, luego de que matara a su esposa, termina en una cabaña abandonada donde, agobiado por las circunstancias, el sujeto pretende liquidar lo que le queda de familia. Pero algo se lo impide. Cinco años después, el tío de la niñas aún continúa buscándolas, ya que desde aquel funesto día nada se ha sabido de ellas ni de su padre.
El filme cuenta como el tío, junto a su pareja Annabel (Jessica Chastain), intentan devolver a las niñas al mundo real luego de haber sobrevivido como salvajes en aquella cabaña. Sin embargo, algo o alguien no está dispuesto a dejar que eso suceda.
La secuencia inicial, previa a los títulos, es prometedora; por su síntesis y puesta en escena. La propuesta es inquietante desde el vamos, y el argentino Muschietti sabe sugerir durante la primera parte con buenos recursos, sin abusar. Luego, el guión trastabilla, apura la explicación del fenómeno y echa mano a más de un cliché. Pero la potencia visual que ofrece el filme, la seriedad con que es presentado, el respeto que exuda por el género; atrae, fascina.
No convence la sobrevalorada Chastain en su rol de despreocupada bajista de una banda punk, hasta que el horror invade la trama y ahí sí, logra una interpretación más solvente, en tanto la espectral criatura es todo un logro capaz de sobresaltar al espectador más prevenido. Lejos está, desde ya, del sugerente horror asiático que hemos visto en los últimos años, pero "Mamá" llega con su clasicismo para oxigenar una cartelera que en materia de terror viene contaminada de basura oportunista, amateur y efectista.
Nuestra calificación: esta película justifica el 70 % del valor de una entrada.