En las salas mundiales está proyectándose Mama (Andrés Muschietti, 2013), el nuevo film hispano-canadiense de terror que a partir de bases más que trilladas nos entrega una historia innovadora. El film parte de un corto homónimo realizado por el mismo director en 2008, que en realidad sólo constituye una escena de lo que luego será la película. Este corto realizado por el director argentino radicado en España, llama la atención del director de cine fantástico Guillermo del Toro, quien propone hacer del corto Mama un largometraje, convirtiéndose en la opera prima de Muschietti.
La historia de Mama es sobre todo escalofriante: Victoria (Megan Charpentier) y Lilly (Isabelle Nélisse) quedan huérfanas en una cabaña en un inhóspito bosque luego de que su padre mate a su madre y que después él muera atacado por algún ser extraño irreconocible. Su tío Lucas (Nikolaj Coster-Waldau) no se da por vencido y luego de varios años de desaparición encuentra a sus sobrinas en la tenebrosa cabaña; sólo que en un estado deplorable y de cuasi animalidad. A partir de esto, Lucas, su novia Annabel (Jessica Chastain) y el doctor Dreyfuss (Daniel Kash) cuidarán de las niñas pero descubrirán que en la cabaña no estuvieron solas y que esa presencia aún sigue con ellas.
Como todo thriller sobrenatural tenemos las permanentes insinuaciones del espíritu, los signos de una presencia ajena en la vida cotidiana, los cambios en los personajes afectados y el proceso de aceptación de que aquel fenómeno sobrenatural está efectivamente sucediendo. Pero en Mama a esto se le agrega (no se le contrapone, sino que se le agrega) la visión psicológica: la vivencia de lo sobrenatural y de la orfandad es analizada paso a paso por el personaje del médico que es una pieza de conocimiento fundamental. Es innovadora, podemos decir, en este sentido ya que articula la ciencia y lo sobrenatural. Pero, al mismo tiempo prevalece un desarrollo de la acción predecible y trillado. Aunque lo que se presenta como genuinamente aterrador es la idea de la historia: un espíritu materno que vela por estas niñas que han cambiado su carácter y dependen de esta oscura presencia.
El recurso del espíritu está muy bien manejado hasta un cierto punto en que deja de ser temeroso y se convierte en ridículo, lo cual llega a provocar la risa. Durante muchas secuencias la inminente presencia es de verdad aterradora. El espacio de la casa está hábilmente manejado, para que el tránsito por las escaleras, pasillos y habitaciones produzcan adrenalina y sobrecogimiento en el espectador. Pero acercándose al final, lo que venía siendo un interesante armazón terrorífico y psicológico, se desvanece en sensiblerías y clichés.
Un film con una interesante propuesta pero que pierde un poco su fuerza. Recomendable para unos buenos momentos de adrenalina, sin pretensiones de complejidad o mucha innovación en el género.