Una vez más, Ariel Winograd realizó un film que plantea conflictos de la clase media alta urbana, con una indudable capacidad de retratar conflictos (no demasiado profundos) sobre la vida actual. Así sucedió en “Mi primera boda”, “Sin hijos” o “Permitidos”.
En este caso, “Mamá se fue de viaje” narra cómo un gerente entra en crisis cuando su mujer se toma vacaciones y lo deja a cargo de sus cuatro hijos, y pone su vida al borde del colapso.
Winograd presenta un elenco correcto, en el que Diego Peretti es el verdadero protagonista. Este film es tan efectivo como convecional: gags constantes, temática que identifica, recorrido emocional previsible y correctamente presentado hacen que “Mamá se fue de viaje” prometa otro éxito de taquilla con una búsqueda de entretenimiento más bien superficial, incluso algo antigüa, aunque bien construida.