Ya en Margaret (2011) y Cuenta Conmigo (2011), Kenneth Lonergan ya había visitado las temáticas que aborda en Manchester Junto al Mar: las tragedias y su influencia en los más cercanos, la vuelta al pueblo natal y la posterior reconexión con el pasado. La actual nominada al Oscar cuenta un pasaje en la vida de Lee Chandler (Casey Affleck), un empleado de mantenimiento de un complejo de edificios que debe retornar a la ciudad donde creció para cuidar de su sobrino Patrick, luego de la muerte de su hermano.
Hay varios elementos narrativos que no solo confluyen entre sí alternadamente en Manchester Junto al Mar, sino que se complementan los unos a los otros y logran conformar un producto que nunca cruza la linea hacia el drama lacrímogeno, buscador del golpe bajo y la lágrima fácil (Lonergan, autor del guión, pone al protagonista ante toda adversidad posible).
Se presume como un autentico retrato de un hombre y sus circunstancias con un verosímil tratamiento de éstas. Aparte del recurso fotográfico en aquellos planos de la naturaleza del pueblo de Manchester (los barcos, los arboles, la impavidad del entorno) que hace referencia a la melancolía mas desgarradora, especialmente por su tristeza, ahí también se hace innegable un cierto aire indie, introspectivo y constructor de climas que muestra las relaciones humanas ante la adversidad.
Sin embargo, el costumbrismo en la tragedia no son golpes bajos constantes y eso Lonergan lo entendió a la perfección. Es por esto que se tornan fundamentales aquellos dialogos minimos y tragicomicos que encarnan Lee y Patrick (soberbia actuación de Lucas Hedges), no tanto por lo ingeniosos, sino al descomprimir la solemnidad innata de la propuesta principal.
El último elemento radica en el montaje de los flashbacks, de aquellas escenas del pasado que influyen directamente en el presente y explican el porqué de la actitud de Lee Chandler. Esas imágenes funcionan a la perfección en su intención de contrastar ambas épocas y en la construcción de la lúgubre y sombría personalidad del personaje.
Es precisamente en esta sinergia de elementos que Manchester Junto al Mar sale victoriosa y se convierte en una película que, incluso en su tragedia, es agradable y empática.